Ofrece la CDMX refugio para víctimas de trata

Entrevista con la subprocuradora  de la PGJDF María de los Ángeles López Peña sobre el refugio especializado para mujeres, niñas y niños.

Norberto Vázquez
Política
María de los Ángeles López Peña.
Foto. Concepción Morales.

A partir de mayo de 2013, cuando la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), al mando de Rodolfo Ríos Garza, creó la Fiscalía Central de Investigación para la Atención del Delito de Trata de Personas, el gobierno de la Ciudad de México comenzó un despliegue de acciones contundentes para acabar con este ilícito en territorio capitalino: hoy, tres años después, da otro paso importante con la edificación y diseño del modelo más moderno del país para la atención de víctimas de este flagelo y anuncia la entrada en funciones del Refugio especializado para mujeres, niñas y niños víctimas del delito de trata de personas.

Se trata de un centro con los más altos estándares de seguridad en México para resguardar la integridad de mujeres, niñas y niños que han padecido el fenómeno social de la trata de personas por parte de bandas delictivas organizadas y brindarles servicios multidisciplinarios e integrales.

Estos incluyen talleres, atención médica, sicológica, jurídica y social, que buscan permitir a las víctimas de trata la plena restitución de sus derechos y su reinserción a una vida social plena.

Es la subprocuradora de Atención a Víctimas del Delito y Servicios a la Comunidad de la PGJDF, María de los Ángeles López Peña, quien en entrevista exclusiva con Vértigo habla de pormenores, estrategias y formas de operar de este refugio en la capital del país.

Política pública

López Peña inicia con un balance sobre lo que es el refugio para víctimas de trata: “Este refugio especializado se crea a partir de una política pública del jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera. Es parte del tratamiento y el acceso a la justicia a los que tienen derecho las mujeres, niñas y niños que son víctimas de este delito. Es un lugar de resguardo y protección temporal en condiciones de alta seguridad, dirigido especialmente a quienes han sido víctimas de trata de personas en cualquiera de sus modalidades”, dice.

Sobre el proceso de evaluación de las víctimas, detalla: “Es pertinente comentar que serán las mujeres quienes decidían si quieren este proceso terapéutico que se llevará a cabo en el refugio. Es importante que visualicemos, que entendamos que la víctima de trata de personas es una víctima compleja para su atención: la violencia extrema que ha vivido deja muchas huellas en su vida, en su ser, en su mente… sicológica y físicamente, es un ser humano que ha vivido una extrema violencia”.

López Peña menciona que “de entrada es complejo para ellas. Y si para una mujer es complicado, imagínate para un niño o una niña. Lamentablemente, la violencia que se ejerce en este delito, o la trata que más se ejerce, es la sexual. En este refugio se diferenciará: vamos a distinguir qué tipo de violencia se ha ejercido, en qué modalidad se ha ejercido, para identificar las necesidades de cada una de las víctimas y empezar a trabajar con ellas”.

—¿Cómo será el diseño de trabajo para reinsertar a las víctimas a la sociedad?

—Esto es muy importante. Una vez que se identifica cuáles son las necesidades de cada una de las víctimas, se trabaja con ello. Hay un modelo de atención donde intervienen trabajadores sociales, médicos, sicólogos, sexólogos, nutriólogos y antropólogos. Es un lugar donde una vez que identificaste las necesidades de cada una de las víctimas, mujer, niño o niña, cada trato es diferente. Una vez que ya plenamente sabes cuál es el problema que tiene, se comienza a trabajar en equipo. El modelo en sí es multidisciplinario y en equipo, donde se practican terapias individuales y grupales. Hay un trabajo muy fuerte para el empoderamiento desde la toma de decisiones.

La funcionaria indica que todo esto se hace tomando muy en cuenta que “esta víctima es una persona que se encuentra nulificada, que se cosifica, puesto que durante mucho tiempo se le ha dicho que es una cosa que no sirve, que solo sirve para determinada cuestión, sobre todo sexual. Cuando la persona se encuentra en esta problemática hay que empezar por hacer de su conocimiento pleno que es un ser humano con todos sus derechos, que tiene tanto derecho como nosotros para ser reinsertado a la sociedad”.

Dice López Peña que toda la problemática que se maneja es muy fuerte “porque pasan a vivir con la violencia extrema. Muchas hacen uso de drogas y alcoholismo. Entonces hay que tratar también sus adicciones, si es que las llegan a tener. En el caso de niñas y niños hay que identificar si tienen redes de apoyo, dónde se encuentran sus familiares. En el caso de las mujeres también, si tienen alguna red de apoyo que pueda coadyuvar con nosotros para este tratamiento. En este refugio vamos a tener talleres para ellas, para quienes deseen estudiar y nos hagan saber esa posibilidad. Todos estos talleres son dinámicas específicas para que se puedan identificar en lo personal”.

Coordinación

—Es un refugio muy moderno en la Ciudad de México, pero el problema es nacional…

—Sí, no es un problema aislado. En efecto, se trabaja en conjunto a nivel gobierno de la Ciudad de México, pero por supuesto que se tienen puertas abiertas para recibir a víctimas de trata, en el entendido de que muchas veces en el estado donde se encuentran, aun cuando llegaran a tener algún refugio, es indispensable que se trasladen a otro lugar, por seguridad. Lo mismo haremos nosotros cuando sepamos que la víctima a lo mejor se halla en extremo peligro: entonces se trasladará a otro lugar. Esta parte es muy importante, porque estamos vinculados en la Ciudad de México; y la ley contra la trata de personas nos obliga como ente a coordinarnos y eso estamos haciendo: organizarnos con varias dependencias.

Revela que la sociedad civil ha jugado un papel preponderante en este tema “porque el procedimiento que se implementa en el refugio requiere de un tratamiento muy específico. Y la sociedad civil a través de otros refugios especializados coadyuva con nosotros. Es muy importante que yo lo comente: la sociedad civil que está interesada en este tema se ha vinculado con nosotros y nosotros con ellos para que este tratamiento siga el mejor camino. Todos los organismos del gobierno central estamos coadyuvando para que este ser humano se reinserte a la sociedad”.

—¿Se garantizan plena confidencialidad y seguridad de las víctimas para que salgan de ese círculo?

—Es un tema delicado. La víctima no se identifica muchas veces como tal para que pueda evidenciarse e identificarse como una persona que está siendo violentada y que esa violencia que está sufriendo no es natural: ellas naturalizan esa violencia, asumen que deben vivir de esa forma. Entonces, es muy difícil que ellas se presenten ante la autoridad como víctimas. Pero además, y sobre todo, porque está resguardada en un lugar, está vigilada por sus victimarios. Todos los días vive en un lugar donde no se le permite el contacto hacia afuera. Vive en total aislamiento. Esta parte es bien importante, porque precisamente por medio de la Fiscalía de Trata de Personas es como, a través de todas las investigaciones que se realizan, nos percatamos o alguien hace una denuncia de manera anónima.

La subprocuradora López Peña indica que “en este tipo de delito lo que hace la Fiscalía, una vez que investigó, es realizar operativos para el rescate de estas víctimas. La finalidad de la reinserción social también es clave, pero el acceso a la justicia que ellas tienen empieza mucho con esa parte: la Fiscalía de Trata de Personas hoy por hoy en la Ciudad de México ha hecho un trabajo excelente y este refugio es una parte más que reforzará esa labor. Quien identifique a una víctima de trata de personas es importante que acuda a la autoridad; es decir, es importante que acuda con nosotros, a la Fiscalía Central de Investigación para la Atención del Delito de Trata de Personas”.

—¿Y qué pasa con las víctimas indirectas hijas e hijos?

Tenemos sicología infantil. Este refugio cuenta con sicólogos infantiles para ponderar el derecho a la niñez, esas víctimas indirectas de las que tú me hablas, hijas e hijos que de repente tienen estas mujeres. Es un trabajo muy específico: ellos también naturalizan la violencia como parte de su vida cotidiana. Esta sicóloga infantil trabajará con ellos. Esta labor es lúdica, por supuesto, para esos niños y niñas.

—¿Qué papel juega la sociedad civil para afrontar este flagelo?

—Este refugio está hecho para las necesidades de la Ciudad de México. Una urbe en la que transitamos millones de personas. ¿Qué recomiendo yo? El delito de trata de personas es un ilícito muy grave, que siempre ha existido y que la sociedad asume como algo natural. ¡Pero no es algo natural! No es algo que deba consentirse, no es algo que debamos consentir como sociedad. Si tú identificas como ciudadano que alguien está siendo víctima, que alguien está en un lugar trabajando con menores de edad… sobre todo, si tú identificas que están trabajando en un sitio que no les corresponde por su edad: llama a la autoridad y haz de su conocimiento que hay un lugar donde niños, niñas o adolescentes están trabajando, sobre todo, en estas cuestiones sexuales, en lugares donde se oferta ese tipo de servicio, donde son enganchados. Hay que recordar que la víctima de trata es una persona vulnerable, en condiciones de vulnerabilidad física, económica, cultural y social, que necesita sentir algún afecto… Ellos, los tratantes, son oportunistas y lo detectan.

Por lo anterior, dice la subprocuradora que la denuncia ciudadana es clave: “La Ciudad de México tiene un alto nivel de denuncias a través de la Fiscalía de Trata de Personas. Tenemos también los teléfonos 5200-9000 y 01800-0074-553. Sin embargo, si tú te presentas ante la autoridad y haces una denuncia es obligación de nosotros pasarla a la Fiscalía de Trata de Personas, que es la que investigará. Lo que yo pediría es que nos concedan un voto de confianza en todo esto que estamos trabajando para dar una lucha frontal contra el delito de trata de personas”.