La economía florece, los ciudadanos se empobrecen

En vez de los 162 mil nuevos empleos que Wall Street pronosticaba, la economía solo creó 38 mil

Guillermo Fárber
Columnas
Fed
Foto: Agencias

La inefable abuelita Janet Yellen aparece como jefa de la Fed gringa, pero el que de veras manda es su dizque subordinado Stanley Fischer, ex gobernador del Banco de Israel: ella no es más que la cotorrita de los micrófonos. Como quiera, doña Janet acaba de declarar, refiriéndose a la gringa: “La economía florece”.

A continuación explicó que no hará nada que pueda perturbar el sueño de los inversionistas en el mercado bursátil (por más que los más avispados tengan pesadillas todas las noches), a pesar de que repite su amenazante cantaleta usual, que ya nadie cree, de que “algún día del futuro, cautelosa y gradualmente” la Fed subirá la tasa de interés y en consecuencia reventará la burbuja accionaria.

La siguiente oportunidad es en la reunión del FOMC en Washington. A ver con qué salen.

Bill Bonner se pitorrea de esa declaración de doña Janet y dice que los índices de productividad (lo único que distingue una economía dinámica de una declinante) se hundieron por primera vez en 30 años. Y en vez de los 162 mil nuevos empleos que Wall Street pronosticaba, la economía solo creó 38 mil. Son las peores cifras en seis años y desplomaron la tasa de participación laboral (el porcentaje de población en edad productiva contra la población con empleo) a niveles no vistos desde 1976.

La abuelita porrista

Ms Yellen dijo que “la economía continúa mejorando”. Y Bonner comenta: “La economía ha continuado ‘mejorando’ durante siete años. Estamos comenzando a preguntarnos qué tan ‘mejor’ puede aún ponerse. Porque a pesar de tanta ‘mejoría’, la tasa de fondos federales (controlada por el Estado Profundo a través de su intermediario la Fed) sigue estando en situación de emergencia, apenas arribita de cero (y eso nominalmente, porque la realidad es que ni eso)”.

A este paso, dice Bonner con sangrienta ironía, “asumiendo que la ‘mejoría’ continúa sin sobresaltos al mismo ‘frenético’ ritmo, la Fed subirá un cuarto de punto cada seis meses y en 2024 la tasa alcanzará niveles ‘mínimamente normales’ de 4%. Bueno, eso si todo se mantiene según el plan, nada sale mal, no hay un desplome súbito en la bolsa ni un pausado mercado bajista, ninguna recesión en la economía, y ningún percance grave en China. Ah, y tampoco ninguna sorpresa política, ningún huracán grande, ninguna explosión volcánica severa, ningún invierno particularmente crudo, ningún verano particularmente caluroso, ningún alza o baja violenta en el precio del petróleo… ningún adolescente borracho que estrelle al carro de su papá, nadie que se deje caer un martillo en un dedo del pie o pesque un resfriado”.

En otras palabras, “los genios de la Fed (y sabemos que son genios porque ellos mismos nos lo han dicho) nos guiarán de regreso a una economía sana y próspera en algún momento después de 2020. A menos que surja alguna sorpresa, claro. ¡Qué alivio!”