Se desconoce cómo se creó la Constitución: académicos

Constitucionalismo mundial, antecedente de la Carta Magna de 1917

Norberto Vázquez
Nacional
Constitución mexicana.
Foto: Tpcm.

Existe un desconocimiento popular de ordenamientos jurídicos que precedieron a la Constitución Política de 1917, algunos impulsados por “villanos” de la historia de México o personajes que no prosperaron en su lucha, pero cuyas propuestas de ley, eran avanzadas para su tiempo.

Por ello durante la jornada del seminario internacional Fuentes históricas de la Constitución de 1917 expertos de diferentes instituciones académicas propusieron cambiar la forma de enseñar la historia de nuestro país, ya que los actuales modelos pedagógicos muestran a los personajes como “buenos” o “malos”, lo que provoca que el alumno sólo conozca una parte del pasado.

“La historia la escriben los vencedores. Hay quienes no lo fueron, pero tampoco fueron color ‘negro’, y algunos vencedores no fueron tan ‘blancos’”, subraya Thais Loera, catedrática de la Universidad de Guadalajara (UDG).

“Incluso los que perdieron y no son considerados en la historia como grandes héroes —que no gozan de reconocimiento— pudieron dejar una huella importante para la formación de nuestra gran nación”, añade.

La también profesora de la UDG, Esperanza Loera, expuso que, por ejemplo, el Estatuto Provisional del Imperio Mexicano (1865) destaca por reconocer más derechos que la Constitución de 1857, entre ellos la libertad de opinión, de expresión, de culto y los derechos a la seguridad, la propiedad y a la igualdad.

Por otra parte, organizaba las instituciones y les daba autonomía para hacer eficiente la gestión de Maximiliano de Habsburgo. Así se establecieron los departamentos de Educación, de Justicia, de Hacienda y de Guerra, entre muchos otros, que equivaldrían a las actuales secretarías de Estado.

Magdalena Díaz, académica de la Universidad Autónoma de Baja California, opinó que otro de los estatutos que quedaron “rezagados en la historia” es el primero que recopiló las demandas agrarias de los mexicanos: el Plan de Ayala, firmado en 1911.

“Se trata de un manifiesto político y social que dejó gran huella en la cultura, pues fue base fundamental para la estructura del reparto agrario y la restitución de las tierras arrebatadas a los pueblos durante el Porfiriato. Fue bellamente descrito como la ‘sagrada escritura’ de los zapatistas”, indicó.

Del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, José Barragán refirió que el Proyecto de Reformas Constitucionales de Venustiano Carranza es otro ejemplo de ordenamientos que deben rescatarse, ya que se basa en el “derecho a la vida completa”, es decir, la vida es el pilar de todas las garantías.

Las propuestas de Carranza y de la comisión revisora “son aciertos que finalmente nos dieron el texto original de la Constitución de 1917, que es una concepción revolucionaria, avanzada y, en muchos aspectos, extraordinaria”, explicó.

Empero, consideró que a esta última se le han hecho modificaciones que atentan contra el espíritu original del proyecto de Carranza, por lo que éste debe analizarse nuevamente.

Así, propuestas universales como derechos humanos individuales; división del Estado y los Poderes; que el poder reside en el pueblo; y la democracia y la soberanía, sustentan el constitucionalismo mundial y son antecedente nacional de la Carta Magna de 1917, coincidieron catedráticos e investigadores jurídicos de instituciones de educación superior de México.