En la Ciudad de México el secretario de gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, se reunió durante cinco horas con representantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) el miércoles 22 de junio. Era la “mesa de negociación” que el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, había dicho no era posible llevar a cabo mientras los miembros de la coordinadora no regresaran a clases. Al final la mesa se estableció en la Segob.
En Oaxaca, mientras tanto, continuaban los bloqueos. El día del inicio de la negociación en Gobernación los puntos de bloqueo aumentaron de 18 a 21. Las obstrucciones más importantes fueron las que estaban sobre la carretera Oaxaca-Tehuantepec y sobre la autopista a la ciudad de Puebla, que es la principal vía para llegar a la Ciudad de México y al centro del país.
Las movilizaciones estaban hechas para asfixiar al estado. Los activistas están teniendo éxito en ese propósito. Oaxaca está sufriendo una creciente escasez de productos de consumo, así como de gasolina.
José Antonio González Anaya, el director general de Pemex, advirtió que la empresa solo podía garantizar el abasto de combustible en el corto plazo y que se estaba considerando de hecho el cierre de la refinería de Salina Cruz.
Los precios de muchos productos se han disparado. Las cadenas de tiendas y supermercados han reconocido la escasez y han cerrado comercios, porque muchos han sido saqueados por personas que dicen ser simpatizantes de la CNTE.
En otros lugares del país la CNTE realizaba también movilizaciones y bloqueos mientras se sentaba a negociar con Osorio Chong. La Autopista del Sol, aquella que el presidente Enrique Peña Nieto prometió en 2014 que ya no sería bloqueada, ha vuelto a ser obstruida de manera intermitente. Lo mismo ha ocurrido con la autopista que va de Villahermosa, Tabasco, a Ciudad del Carmen, Campeche. En Chihuahua un grupo que se dijo simpatizante de la CNTE atacó el histórico Palacio de Gobierno de la capital y vandalizó la antigua puerta de entrada.
Lujo
Los negociadores de la CNTE llevaron a la mesa de negociación una lista de demandas entre las que destacaban la abrogación de la reforma educativa, la renuncia del secretario de Educación federal, del gobernador de Oaxaca y del director del Instituto de Educación Pública de Oaxaca, la liberación de los líderes detenidos por distintos delitos, el pago de sueldos a los maestros que no se han presentado a trabajar y la contratación de normalistas sin examen.
Osorio señaló que la Secretaría de Gobernación no tiene facultades para derogar leyes aprobadas por el Congreso, como sería el caso de la reforma educativa, pero añadió que hay muchas cosas que sí pueden discutirse en la mesa. Por lo pronto, a pesar de que la reunión no tuvo ninguna conclusión, las partes decidieron reunirse nuevamente el lunes 27 de junio.
La verdad es que las posibilidades de que la mesa de negociación logre una solución son diminutas. La estrategia de la CNTE ha sido siempre mantener este tipo de contacto con las autoridades mientras toma medidas de presión como los bloqueos que hoy estamos viendo en las carreteras de Oaxaca. El objetivo que tienen es muy claro: echar para atrás la reforma educativa y recuperar los privilegios que desde hace décadas ha tenido en ese estado. Es un objetivo ante el cual el gobierno no puede darse el lujo de ceder.