Trata de personas: flagelo mundial

Solo superada por el tráfico de enervantes y de armas, la trata de personas es la tercera actividad ilícita más “rentable” en el mundo

Ricardo Pérez Valencia
Política
Violencia
Foto: Rafael Ben-Ari

Uno de los mayores problemas que en la actualidad padece la humanidad es la trata de personas, un fenómeno de alcance global y uno de los delitos de mayor impacto humano y social, ya que atenta contra garantías individuales como la libertad, la integridad y la dignidad de las víctimas.

La trata de personas prácticamente afecta a todos los países, ya sea como punto de origen, tránsito o destino, y tiene un costo social muy alto porque victimiza principalmente a grupos vulnerables debido a su condición de género, edad, ingreso o etnia, que ofrecen menor resistencia.

Solo superada por el tráfico de enervantes y de armas, la trata de personas es la tercera actividad ilícita más “rentable” en el mundo: según estimaciones del Foro de Viena para Combatir la Trata de Personas, organizado por la Organización de Naciones Unidas, se calcula que al año genera ganancias de 32 a 36 mil millones de dólares.

La modalidad más conocida de trata es la explotación sexual, sobre todo de mujeres y menores, pero existen otras tipificaciones, como el trabajo forzoso, la mendicidad infantil, la servidumbre, la extracción de órganos y tejidos, así como reclutamiento por criminales o movimientos armados.

Dos terceras partes de las víctimas de trata son mujeres. La gran mayoría de ellas, jóvenes que han sido engañadas con falsas promesas de empleo, chantajeadas o amenazadas.

Alarmada por el crecimiento de este delito, en 2000 la Asamblea General de la ONU aprobó la Convención de Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional y el Protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, especialmente mujeres y niños.

También conocido como Protocolo de Palermo entró en vigor a fines de 2003, pero a pesar de que existe un grado considerable de compromiso político, su aplicación por parte de los Estados firmantes es aún desigual.

Examen

Ante ello el gobierno de Estados Unidos realiza anualmente un informe que examina la situación en más de 200 países para subrayar la necesidad de una mayor atención a la prevención de la trata de personas y exhortar a los gobiernos a identificar y reconocer a los grupos de mayor riesgo en la sociedad.

Por desgracia, las estadísticas y estimaciones disponibles sobre la trata de personas muchas veces resultan contradictorias o inconsistentes, ya que hay invisibilidad de las víctimas y son altos los casos sin reportar, así como la resistencia a compartir datos, además de la escasez de fondos para su recopilación.

Al respecto, la embajada de Estados Unidos en México señaló a Vértigo que al publicar el Informe sobre la trata de personas el Departamento de Estado norteamericano evalúa los esfuerzos de los gobiernos para luchar contra ese delito conforme a los estándares mínimos del Protocolo de Palermo para enjuiciar a tratantes, proteger a las víctimas y prevenir el delito.
“Ya que la trata de seres humanos, conocida como esclavitud moderna, afecta de manera adversa a todos los países, incluido Estados Unidos, el informe revisa lo que los gobiernos en todo el mundo están haciendo al respecto”, indicó a este semanario un portavoz de la sede diplomática.

El Departamento de Estado, agregó el vocero, ofrece a cada gobierno sugerencias de planes de acción y recomendaciones, con lo cual espera que se promuevan los esfuerzos globales para combatir de manera más eficaz este crimen.

“El tema de este año es Enfrentando el reto: estrategias eficaces para evitar la trata de personas. Es una llamada para que los gobiernos e instituciones interesadas en combatir la trata aumenten su atención y esfuerzos para evitar este delito, al mismo tiempo que mantengan programas y actividades que contribuyan a la protección adecuada de las víctimas y el enjuiciamiento eficaz de los tratantes”, señaló.

Resultados

En su informe, Estados Unidos reconoce el trabajo de México en la materia y lo considera como uno de los países que hacen “esfuerzos significativos” en la lucha contra ese problema.

Al respecto, Armando Hermoso, director ejecutivo del Centro de Investigación, Difusión y Estudio sobre la Trata de Personas y Explotación Comercial (Cidetec), explica a Vértigo que el gobierno mexicano ha puesto atención en el tema desde la promulgación de la primera Ley contra la Trata de Personas en 2007.

“Las campañas de información y prevención de la trata de personas han dado buenos resultados, así como algunos operativos en contra de los tratantes. Sin embargo, en la parte jurídica es deseable que la legislación sea más precisa en la tipificación del delito y las autoridades encargadas de castigarlo estén mejor capacitadas”, dice Hermoso.

Agrega que este delito tiene modalidades multifactoriales y aunque es identificado en forma general por la población como prostitución, se deja de lado —aun cuando sí están considerados dentro de la legislación— el trabajo forzoso y la explotación laboral, delitos que se cometen principalmente dentro de los ámbitos agrícola, de la confección, las maquiladoras y de servicios.

—¿De alguna manera esta calificación influye o compromete a México para que ponga más atención al problema?

—Es indispensable que la sociedad, como parte del Estado, y los tres Poderes de la Unión se comprometan a sumar esfuerzos para la erradicación de este delito mediante la coordinación de acciones efectivas en la prevención y las mejores prácticas para su combate.

Estados Unidos recomienda en el informe canalizar más recursos para albergues, servicios especializados para las víctimas y la investigación en la materia. ¿Esto es de alguna manera positivo para asociaciones como Cidetec?

—En forma consistente, el presupuesto asignado a la prevención, investigación y combate a la trata de personas ha ido a la baja y las ONG cada vez tienen mayores problemas para obtener recursos.

Cooperación

Cabe señalar que el pasado 4 de julio México e Italia acordaron establecer diversas medidas de combate a la trata de personas mediante un mecanismo de cooperación policial entre la Procuraduría General de la República (PGR) y el Departamento de Seguridad Pública del Ministerio del Interior italiano.

Con este mecanismo, aseveró el presidente Enrique Peña Nieto, se establecerán canales de cooperación en temas de investigación policiaca, de análisis criminal y en el combate a la delincuencia organizada transnacional ya que, afirmó, “son elementos que habrán de fortalecer las capacidades que tengan la PGR y las procuradurías de los estados. Y más cuando ha entrado en vigencia el Nuevo Sistema de Justicia Penal”.

En este sentido, en entrevista con Vértigo la presidenta y fundadora de la asociación @Sin trata AC, Mariana Ruenes, dice que la trata es un problema a nivel mundial que comparte los patrones de enganche, sobre todo para exportación sexual, pero también de la explotación laboral, por lo que es muy importante tratarlo a nivel internacional.

En cuanto a la “calificación” que da el Departamento de Estado norteamericano, Ruenes estima que es producto del trabajo en equipo y la suma de esfuerzos públicos del gobierno, de la iniciativa privada y de los ciudadanos.

“Estamos hablando de que tenemos en México más de 600 sentencias, cuando hay países que tienen apenas ocho, como España o el Reino Unido, o ni siquiera tienen una ley. Aspectos como el modelo de atención a víctimas, que ha logrado reintegrar a la sociedad exitosamente a 187 niñas cuando se creía que iba a ser imposible identificar, rescatar y finalmente reintegrarlas, nos deben hacer sentir orgullosos”, puntualiza.

La activista añade que la sociedad civil funciona siempre como un observador y es quien tiene que acercar al gobierno a rendir cuentas con aspectos que son su responsabilidad. “Podemos decir que existe voluntad política por cerrar giros negros, por rescatar víctimas, por hacer operativos y brigadas preventivas. El tema de trata de personas era prácticamente inexistente hace diez años, no solamente en México sino en todo el mundo, y aunque aun falta mucho por hacer cada día lo conoce más gente y las autoridades son más conscientes. Es nuestra responsabilidad como organización civil mantenernos vigilantes de que todos los decretos se lleven a cabo y se hagan de manera eficiente”, concluye.