Pues los legisladores del perredé van por la desaparición del fuero constitucional, pues su origen se diluyó y desde hace años es un signo de impunidad. Todos los actores políticos buscan esta protección. No para evitar cuestionamientos por sus declaraciones sino para contar con ese manto protector que los convierte en intocables. ¿Lo harán?
“La Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa lo solicitará a las mesas directivas del Senado de la República y Cámara de Diputados, para que promuevan las reformas, adecuaciones y derogaciones a los artículos 61, 111, 112 y 114 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Además, deberán hacer lo propio con los artículos 10, 27, 28 y 41 del Estatuto de Gobierno del Distrito Federal. Todos relacionados a la inmunidad procesal de los servidores públicos”, dice el diputado Leonel Luna Estrada.
Bueno, es una buena noticia. Al contar con una nueva Ley Nacional Anticorrupción es lo menos que los ciudadanos se merecen, puesto que ya están cansados de la corrupción imperante en todos los niveles de gobierno, y por algo hay que empezar. Los legisladores llevan el sello de la impunidad. Ya ve cómo se pelean por ocupar un puesto de elección popular, para proteger el cochinero que dejan en las administraciones anteriores. Y nombres… son numerosos los que se conocen por su deshonestidad. ¿O me equivoco?
“Actualmente tenemos más de dos mil personas, entre legisladores y servidores públicos que gozan de esta inmunidad. Entre ellos el Presidente de la República. Hay 500 diputados federales y 128 senadores, así como 11 ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y 7 magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Tenemos 7 consejeros de la Judicatura Federal y 20 secretarios de Estado. También 66 diputados locales de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal y auméntele 31 Congresos de los estados de la República y los gobernadores de cada entidad”, precisa el legislador del sol azteca.
Pues sí, solo hay que sumar y el número de quienes gozan de fuero es escalofriante. El fuero se instituyó para proteger a los legisladores, para que cuando expresaran sus ideas sobre las autoridades y funcionarios no fueran reprimidos ni sancionados por sus declaraciones. Que tomando en cuenta la época, eran demasiado sensibles a la crítica. Basta con recordar al doctor y político chiapaneco Don Belisario Domínguez. Ahora son otros tiempos. ¡Y ya basta de impunidad!
Para el diputado, también del perredé, Víctor Hugo Romo: “El primer texto Constitucional de la Ciudad de México representa la gran oportunidad para que se promulgue sin que servidores públicos y legisladores cuenten con esta inmunidad. Una vieja demanda ciudadana, y tema de la agenda legislativa del perredé”.
Tiene razón: la situación de su partido es crítica y deben echar mano de todas las demandas populares que puedan. Además, lograr la desaparición del fuero en la Ciudad de México sería histórico.
El bolso de Laura
Y donde está el estira y afloje es en la construcción del Cetram Chapultepec. Los inversionistas quieren levantar una torre para oficinas, un hotel y una plaza comercial. Que siga la estación de camiones y micros, lo cual tratarán de reducir, si los dejan. Ah, pero la Ley de desarrollo urbano no permite el proyecto de los inversores pero sí está autorizado el Cetram. De hecho, desde hace varias semanas la zona fue desalojada de ambulantes. ¿Qué va a pasar? Quién sabe. Ya ve que estamos en el país del todo se puede… Y le cuento que argumentando autonomía técnica y de gestión, el Tribunal Electoral del Distrito Federal se resiste, se niega pues, a cumplir con la petición que hiciera la Comisión Permanente de la ALDF para que dejen de litigar contra la aplicación de la Ley 3de3. ¿Preocupante, verdad? ¿Qué tratan de esconder? Ya ve por qué debe desaparecer el fuero: para estos casos, por ejemplo. ¿O no?