El Papa contra “jóvenes jubilados” antes de tiempo

Francisco fustigó a los muchachos y muchachas que “están entregados” sin haber comenzado a jugar

Redacción
Política
Jornada Mundial de la Juventud
Foto: NTX

Ante más de 350 mil fieles durante la fiesta de bienvenida por la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) celebrada en el Parque Jordán de la explanada Blonia de Cracovia, en Polonia, el Papa Francisco aseguró que siente “dolor” cuando encuentra a jóvenes que parecen haberse “jubilado antes de tiempo”, muchachos que “tiraron la toalla antes de empezar el partido” o quienes son víctimas de “vendedores de humo”, comerciantes de falsas ilusiones.

En su discurso, pronunciado en italiano e interrumpido en diversas ocasiones por la multitud entusiasta por el lenguaje llano, el líder católico calificó de “lindo” y “reconfortante” ver a los jóvenes “tan revoltosos”.

Al contrario, fustigó a los muchachos y muchachas que “están entregados” sin haber comenzado a jugar, que caminan con rostros tristes, como si su vida no valiera. “(Ellos) son esencialmente aburridos... y aburridores”, insistió.

“Es difícil, y a su vez cuestionador, ver a jóvenes que dejan la vida buscando el ‘vértigo’, o esa sensación de sentirse vivos por caminos oscuros, que al final terminan ‘pagando'(...) y pagando caro”, señaló.

“Cuestiona ver cómo hay jóvenes que pierden hermosos años de su vida y sus energías corriendo detrás de vendedores de falsas ilusiones (en mi tierra natal diríamos ‘vendedores de humo'), que les roban lo mejor de ustedes mismos”, agregó.

El Papa afirmó que la JMJ se convocó para que los fieles se ayuden mutuamente, para que no se dejen robar las energías, la alegría y los sueños con falsas ilusiones.

Entonces cuestionó a todos los presentes si deseaban vivir con el “vértigo alienante” o experimentar “una fuerza que los haga sentirse vivos, plenos”, una “fuerza de gracia” que no es una cosa sino una persona: “se llama Jesucristo”.

La fiesta incluyó un recorrido del papamóvil por toda la explanada, el desfile de todas las banderas del mundo portadas por jóvenes, varios bailables y la aparición en vivo de algunos santos de la historia representados por polacos, entre ellos el beato mexicano José Sánchez del Río.

Al finalizar la celebración, Francisco se trasladó hasta la sede de la Arquidiócesis de Cracovia donde, más tarde, se asomó la histórica ventana donde solía aparecer Juan Pablo II en sus visitas a su país natal.