Hoy anunció de nueva cuenta el gobierno de Venezuela que existe un nuevo plan por parte de la Casa Blanca para derrocar a Nicolás Maduro el jueves 1 de septiembre, día en que la oposición marchará por las calles de Caracas para exigir la convocatoria a un referendo con el que quiere revocar el mandato del jefe de Estado.
“Ha quedado en evidencia la marca y autoría del golpe de Estado planificado para el 1 de septiembre en Venezuela”, afirma un comunicado de la cancillería difundido en Caracas como respuesta a una declaración del vocero del Departamento de Estado norteamericano, John Kirby.
El comunicado agrega que esa conspiración se desarrolla “en complicidad con la oposición antidemocrática y la derecha internacional e intenta reeditar el gravoso expediente de agresiones y muerte, que ya en 2002 derrotó con valentía y dignidad el pueblo venezolano”, en alusión a un fallido golpe de Estado contra el fallecido Hugo Chávez.
El llamado a la marcha, más la intervención de Kirby en el caso de la detención en una cárcel de máxima seguridad del opositor Daniel Ceballos, llevaron a la administración venezolana a concluir que “el gobierno del presidente Barack Obama, en sus postrimerías, procura la inestabilidad de Venezuela y de la región para legitimar sus planes imperiales contra la paz y el desarrollo de los pueblos”.
El Departamento de Estado norteamericano denunció que el traslado de Ceballos es “un intento de intimidar y obstaculizar” el derecho de los venezolanos a realizar la marcha de la Toma de Caracas.
La vicecancillería venezolana rechazó “las insolentes declaraciones” de Kirby que, indicó, pretenden “dar órdenes a una nación libre, soberana e independiente, en franca violación de la legalidad internacional”.
Al mismo tiempo, el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) recordó a la oposición que no hay una autorización para que la marcha del jueves ingrese a Caracas.
“Las autoridades de la República han dicho claramente que, al no tener claridad y garantía de que esa movilización sea pacífica, no está autorizada para entrar a la ciudad de Caracas”, dijo el diputado chavista Elías Jaua.
“Las fuerzas del orden público garantizarán que efectivamente la ciudad de Caracas no sea escenario de una confrontación violenta”, añadió.
En ese contexto, una comisión de la oposición venezolana encabezada por el diputado Luis Florido pidió a las Naciones Unidas que envíe una misión de observadores a Caracas con motivo de la movilización del jueves.