Sobrepeso y estilo de vida, factores para cáncer de mama

Oncotype DX es una prueba genómica que permite dar tratamientos personalizados a las pacientes con esta enfermedad

Redacción
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Cáncer de mama prueba genética
Foto: Oleg Dudko

México ocupa el primer lugar en sobrepeso en población adulta, factor que se ha asociado a una mayor frecuencia de cáncer de mama. Esta enfermedad se diagnostica alrededor de los 40 años en el país, mientras que en Estados Unidos es a los 50, es decir, en la población mexicana el cáncer de mama se presenta 10 años antes”, advirtió Ricardo Villalobos, médico oncólogo del Centro Médico Dalinde.

El especialista dijo que el estilo de vida de las mujeres en la actualidad ha ocasionado que el cáncer de mama siga en aumento. “Hay mayor sobrepeso, además de que consumen alimentos ricos en carbohidratos y grasas, ha aumentado el hábito del tabaquismo, hay más nuliparidad y menos lactancia, es decir, cada día la población está más expuesta a factores cancerígenos”.

Sin embargo, aunque el cáncer de mama sigue siendo la principal causa de muerte en el mundo en la población femenina en edad productiva, la calidad de vida de las pacientes ha mostrado una gran mejoría gracias a las nuevas herramientas que permiten “determinar el tratamiento a seguir, principalmente si será de beneficio aplicar la quimioterapia o no, lo que significa un gran impacto sicosocial y económico para quien lo padece y sus familiares”, comentó el especialista en oncología.

“El uso de pruebas genómicas se debe realizar posterior a la cirugía para saber en qué grupo de riesgo de recaída se encuentra la paciente. La prueba más usada es Oncotype DX, la cual analiza 21 genes que se localizan en el tumor y determina su agresividad, así nos permite evaluar la probabilidad que tiene la paciente de recaer y si va a requerir de quimioterapia”, señaló.

El uso de este método diagnóstico está recomendado en las guías internacionales para el tratamiento del cáncer de mama, permite complementar la información clínica y de patología con la que cuenta el médico especialista, ayudando al oncólogo en conjunto con la paciente en la toma de decisión, calculando el riesgo que tiene la paciente de recaer y además poder determinar si es necesaria o no la administración de quimioterapia.

En el mundo, más de 550 mil mujeres han sido beneficiadas con los resultados de esta prueba genética y una de cada tres evita la toxicidad de la quimioterapia en sus tratamientos.

“El principal impacto de esta prueba es el económico, porque la paciente no va a tener que hacer el gasto que implica la quimioterapia, además, evita las complicaciones colaterales de la misma, y el impacto sicológico que esto representa”, enfatizó el especialista.

Señaló que es importante reforzar la concientización de la enfermedad para que el diagnóstico se realice a tiempo, conocer que el cáncer de mama es multifactorial y que el sobrepeso, tabaquismo, herencia, uso de hormonas anticonceptivas, ausencia de lactancia, inicio y final de la menstruación, son factores que intervienen en la aparición de esta neoplasia.

“La falta de una cultura de autoexploración es lo que ha provocado que las pacientes lleguen con el médico cuando la enfermedad ya se encuentra en etapas tardías. Por ello hay que recalcar la necesidad de la autoexploración para detectar algún nódulo mamario y acudir después de los 40 años anualmente con el médico. En pocos casos pueden darse cambios en la coloración de la piel o salida de líquido por el pezón, por ello, el principal síntoma es la detección de una tumoración”, finalizó Villalobos.