El secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, aseguró que la educación es fuente de progreso y de ascenso social, como es el caso de las universidades tecnológicas, en las que su conexión con el mundo laboral ha permitido que el 80 por ciento de sus egresados tengan empleo antes de seis meses, y ratificó que la educación de calidad cambia vidas y transforma a México.
En el 25 aniversario del subsistema de universidades tecnológicas, que cuenta ya con 115 instituciones –14 en modalidad bilingüe–- en todo el país, con 245 mil estudiantes, y medio millón de egresados, Nuño Mayer destacó la importancia de éstas en la transformación industrial de México, porque han preparado profesionistas que han coadyuvado al crecimiento industrial, como en la ampliación de empresas automotrices en diversos estados, así como la industria aeronáutica que tiene una tasa de crecimiento superior al 10 por ciento.
Destacó que hoy México es una de las economías más globalizadas, con 90 por ciento de exportaciones industriales y de manufacturas, en lo que juegan un papel importante los egresados de las universidades tecnológicas, quienes forman parte del motor de una economía más sofisticada; no se inhiben para aprender otros idiomas, y están listos para competir en el mundo.
La transformación fundamental de México no se podría explicar sin el trabajo de las universidades tecnológicas, expresó Nuño Mayer, quien explicó que esas instituciones han formado jóvenes profesionistas e ingenieros de alto nivel académico, pensando, además, en la lógica regional, que es otro de los valores del sistema.
Destacó, además, que el 80 por ciento de los estudiantes de esas universidades son la primera generación en sus familias en cursar la educación superior; refirió que los egresados de las universidades tecnológicas son quienes han permitido el crecimiento industrial cada vez más sofisticado y globalizado, y expresó que contar con estudios universitarios garantiza mejores salarios.
Ante rectores y estudiantes, Nuño Mayer comentó que los estudiantes de las universidades tecnológicas representan una nueva generación de mexicanos, sin complejos, dispuestos a triunfar y competir; son el nuevo rostro de México, de un país seguro de sí mismo, que sabe que puede triunfar frente a quien sea, donde sea y como sea.