Duarte desaparecido

La procuradora general de la República, Arely Gómez, ha señalado que Duarte ya es un prófugo de la justicia

Sergio Sarmiento
Columnas
Javier Duarte
Foto: Cuarto Oscuro

Es inevitable pensar mal. La Procuraduría General de la República (PGR) finalmente comenzó acciones legales contra Javier Duarte, gobernador con licencia del estado de Veracruz. Tanto tardó el gobierno en actuar contra Duarte, sin embargo, que su desaparición después de pedir licencia ha hecho inevitable que se especule si hubo algún acuerdo con él para permitirle escapar a la justicia.

La simple mención del tema irrita a los altos funcionarios del gobierno federal. Cuestionado de manera reiterada por reporteros sobre el tema, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, respondió este 19 de octubre: “Qué raro que se haga tanto la pregunta de si hubo algún acuerdo”. Los periodistas presentes señalan que el secretario se mostró molesto por la forma reiterada en que se le hizo la pregunta obligada. “Por supuesto que no hay acuerdo y por supuesto que no hay ningún pacto con ningún delincuente”, afirmó.

Por lo pronto, la procuradora general de la República, Arely Gómez, ha señalado que Duarte ya es un prófugo de la justicia, ya que se han librado en su contra órdenes de aprehensión por delincuencia organizada y lavado de dinero.

No sé realmente qué preocupa más: que el gobierno haya hecho un pacto con Duarte para permitirle evadirse de la justicia o que haya sido tan inepto que no tomó medidas para mantenerlo bajo vigilancia una vez que solicitó licencia. Había todas las razones para pensar que el gobernador buscaría escaparse.

Por ahora, Duarte ha dejado el gobierno de Veracruz en una situación financiera realmente precaria. El gobernador interino, Flavino Ríos, acudió a la Secretaría de Hacienda para pedir un préstamo de once mil millones de pesos para cubrir las obligaciones inmediatas del gobierno de aquí al final del sexenio, el 30 de noviembre.

Distancias

La deuda pública reportada por el gobierno de Veracruz a la Secretaría de Hacienda creció de 21 mil 500 millones de pesos en 2010, cuando asumió el poder Duarte, a 45 mil 776 millones de pesos en la actualidad. Pero a esto habrá que sumar los once mil millones de pesos que busca el gobernador interino y quizá también otras cantidades de pasivos que no han sido reconocidos oficialmente.

Duarte ha perdido el respaldo del PRI y del gobierno de Enrique Peña Nieto. Esto era evidente desde hace tiempo. Duarte ha sido citado en el PRI para el 25 de octubre, a fin de que presente sus argumentos para evitar su expulsión del partido. Lo más probable, sin embargo, es que el gobernador con licencia, que tiene órdenes de aprehensión en su contra, simplemente no se presente. Permanecer en el PRI parecería la última de las preocupaciones de Duarte.

La PGR actúa ya contra dos gobernadores: uno del PRI, Duarte, y uno del PAN, Guillermo Padrés, ex mandatario de Sonora. Surgen preguntas de qué ocurrirá con otros que han sido también objeto de acusaciones, como Roberto Borge, de Quintana Roo, y César Duarte, de Chihuahua, pero hasta el momento no se sabe de ninguna investigación en su contra.

Cada caso es distinto, por supuesto, pero el de Duarte parece ser uno de los peores de tiempos recientes. En un momento en que la corrupción se ha convertido en uno de los temas fundamentales de los procesos electorales en México, el caso de Duarte se convierte en un lastre enorme para el PRI. Por eso el partido está haciendo todo lo posible por distanciarse del político que llegó al gobierno de Veracruz en 2010 y que hoy es prófugo de la justicia.