Remedios Varo en el MAM (II/II)

Cada vez que la obra de Remedios Varo se expone es altamente visitada gracias al gran interés que despierta el particular mundo surrealista de la pintora

Masha Zepeda
Columnas
vagabundo_remedios_varo
Foto: RMM_5365.

Después de trabajar varios años en el Catálogo razonado de Remedios Varo, tanto su viudo, don Walter Gruen, como el coleccionista Ricardo Ovalle lograron terminarlo y ERA lo publicó en 1994: este gran esfuerzo sigue siendo de gran valía para los especialistas y estudiosos de la obra de la artista, así como para el público en general y sus miles de admiradores.

También significó la absoluta recuperación física del trabajo de la surrealista mayor y dio pie a que el matrimonio Gruen donara al pueblo mexicano 38 obras, mismas que resguarda desde 2002 la Colección del Museo de Arte Moderno (MAM) de la Ciudad de México, la cual pertenece al Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).

Es importante subrayar que cada una de esas piezas fueron declaradas Monumento Artístico en 2001, por lo que están protegidas como patrimonio mexicano, al igual que obras de Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco, María Izquierdo, Rufino Tamayo, Dr. Atl y Frida Kahlo.

Cada vez que la obra de Remedios Varo se expone es altamente visitada gracias al gran interés que despierta el particular mundo surrealista de la pintora: la primera vez que vi una amplia muestra suya fue en el Polyforum Cultural Siquieros, cuando comenzaban los ochentas, y me sorprendió la cantidad de jóvenes interesados en su obra que recorrían la sala.

Fortuna

Hoy, casi 40 años después, el fenómeno se sigue repitiendo y los jóvenes seguidores de su obra se multiplican, así como las visitas en familia.

Es, pues, Remedios Varo una de las pintoras más populares y seguidas por el gran público y esta muestra conformada por 39 piezas entre dibujos, pinturas, fotografías, documentos y libros, abrió sus puertas bajo el título Remedios Varo. Apuntes y anécdotas de una colección en 2013 en el mismo MAM; luego viajó al Centro Cultural Tijuana y al Museo de las Artes Guadalajara.

Ahora regresa nuevamente a la Ciudad de México y tal vez con más éxito, según arrojan las cifras de visitantes que en un solo domingo han llegado a nueve mil.

La obra de Remedios Varo, su compleja personalidad, su imaginación sin límites y la fortuna de haber tenido un compañero enamorado de ella y de su trabajo, que a su vez encontró eco en su segunda esposa, quien supo valorar el peso de la singular artista, son algunas de las felices circunstancias que hacen posible que en México tengamos la fortuna de tener este riquísimo acervo al alcance de todos, enriqueciendo la vida cultural y la formación de cada vez más generaciones.