2016: el año de Putin

Putin pasó de paria internacional a jugador clave en el tablero que deja 2016

Lucy Bravo
Columnas
Putin
Foto: AP

Vladimir Putin es, sin duda, el otro personaje del año que la revista Time olvidó mencionar: en un año de turbulencias para Occidente, prácticamente todos los desarrollos geopolíticos más relevantes de los últimos meses han favorecido a los intereses del presidente ruso.

Nunca exento de polémica, Putin pasó de paria internacional a jugador clave en el tablero que deja 2016.

Desde la sorpresa del Brexit hasta la llegada de líderes “amistosos” con Rusia, como Donald Trump en Estados Unidos, Rumen Radev en Bulgaria e Igor Dodón en Moldavia, las buenas noticias para Moscú siguen acumulándose.

A esto se suma el reciente auge de movimientos populistas de ultraderecha en países como Francia, Austria o Suecia, que buscan desintegrar a la Unión Europea y que en algunos casos son financiados por Rusia.

Putin, quien acumula actualmente 16 años en el poder, es un abogado y antiguo integrante del servicio de espionaje del KGB que siempre se ha mostrado desafiante ante Occidente. A pesar del lento crecimiento económico de su país, el líder ruso está en su mejor momento —con un nivel de aprobación de 88%— y dejando atrás su aislamiento internacional por su conflicto con Occidente sobre Ucrania.

Por otra parte, con la reciente liberación de la estratégica ciudad de Alepo en Siria por parte de las fuerzas respaldadas por Rusia, Putin se apunta un éxito bélico trascendental.

Visión

Pero el hecho más preocupante es la sospecha de la intervención rusa en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en favor del candidato republicano.

Las agencias de inteligencia concluyeron que el esfuerzo por socavar la confianza norteamericana en el sistema electoral se transformó en una campaña por dañar las posibilidades de Hillary Clinton. Si las acusaciones son veraces, estos ataques no están dirigidos a la democracia estadunidense, sino al corazón de las elecciones libres en todo el mundo.

Hasta ahora la respuesta de EU ha sido mixta: mientras que la mayoría de los partidarios de Trump desechan las acusaciones con la misma ligereza que el magnate lanza un tuit, tanto el presidente Barack Obama como el Partido Demócrata solicitan una investigación a fondo. Pero la Presidencia Trump está a unos días de detener cualquier esfuerzo de llegar al fondo de los movimientos de Putin.

A su vez, Estados Unidos está a punto de ser conducido por un mitómano en un mundo de la posverdad, es decir, donde las sociedades viven intoxicadas por noticias falsas y propaganda barata difundidas a través de las redes sociales. Se creía que internet nos haría más libres, pero en realidad solo ofrece la libertad de elegir nuestras propias cadenas. Y Occidente se enfrentará a cada vez más líderes que, al igual que Putin, consideran que la libertad de prensa o el llamado fact-checking (verificación de los hechos) son molestias innecesarias.

El comportamiento de Rusia tiene ecos de algunos de los momentos más álgidos de la Guerra Fría y Putin parece disfrutar su nuevo papel como el gran irruptor. 2016 fue el año en que el mundo fue moldeado según la visión del líder ruso y aunque no pudo haber sido la mano detrás de cada vuelta de tuerca, sin duda hizo lo necesario para que sucediera. Y con la elección presidencial rusa de 2018 tan cerca, Putin ya sonríe desde el Kremlin.