2017: muchas dudas pocas respuestas

El próximo año seguramente profundizará la incertidumbre, lejos de disiparla

Juan Gabriel Valencia
Columnas
Protestas por Brexit
Foto: AP

Ya habrá tiempo para hacer un balance más ponderado de este 2016 que concluye. En el próximo número, como hace año con año, Vértigo tendrá el recuento de los principales sucesos que marcaron el avance de los días y los meses del año que termina. Puede adelantarse, sin embargo, que 2016 abrió muchas interrogantes para México y el mundo, que lejos de resolverse y de responderse de manera concluyente en 2017 seguramente se harán más complejas y menos claras en su dirección y sentido.

En México las variables externas jugarán un papel fundamental en la evolución colectiva del país y las variables internas estarán aún en gestación para la madurez de las respuestas.

En cuanto a las variables externas, el camino procesal del Brexit seguirá su curso con el gradual debilitamiento de la alianza económica y militar de Occidente: casi 52% de la población inglesa resolvió que cada quien se rasque con sus uñas y como Dios les dé a entender. Quizá no es el fin de una era, sino de una escala del curso de la globalización que tiene que aprender de sus propios errores, pero que a la vez tampoco puede escapar a un proyecto de largo plazo mundializado de desarrollo compartido. Inglaterra, que en años recientes se había mostrado como la nación europea más interesada en México, se vuelve sobre sí misma.

El gobierno de Trump, que asumirá el próximo 20 de enero, marca ya algunas tendencias definidas, pero en sus plazos y profundidad está aún por desplegar cuáles son las potencialidades y capacidades del nuevo gobierno de Estados Unidos para traducir en hechos lo que con muchas palabras y pocas razones expuso durante la campaña. Tiempo de pausa para los inversionistas mexicanos y para el gobierno de nuestro país en su relación con el que, guste o no, es su principal socio y centro de gravedad. Tomará muchos meses saber de esa posibilidad y de esa capacidad.

En cuanto a variables internas, en México todo girará en torno de la sucesión presidencial, que de ninguna manera se resolverá en el transcurso del año. Movimientos tácticos, conjeturas, diseños de estrategia, juegos de guerra. Una economía nacional en crecimiento insuficiente, más crecimiento al fin y al cabo. Una población harta de los políticos y unos políticos hartos de la población, ambas partes con buenos argumentos. Inseguridad inacabable bajo cualquier marco normativo a corto plazo; un clamor nacional por la lucha contra la corrupción en una queja en que muchas veces la percepción rebasa a la realidad, aunque en ocasiones, la realidad supere lo imaginable.

Dudas y presagios

El mundo en crisis como no lo había estado en más de medio siglo. Del fin de la Segunda Guerra Mundial a 1990 fue doloroso construir un mundo bipolar que colapsó ante el surgimiento de Estados Unidos como potencia hegemónica dominante y con polos de fuerza diversos a escala mundial, como China, la Unión Europea, Japón, India... Una narrativa actual, tanto del discurso como de la geopolítica internacional, que lleva a pensar en la intención remota, inalcanzable, pero conceptualmente acariciable de un nuevo mundo bipolar en el siglo XXI, en las figuras de Donald Trump y Vladimir Putin. La interrupción del globalismo económico y el fortalecimiento de los mercados internos con sus secuelas de proteccionismo, agresión y tímidas y limitadas aperturas.

Un año, el de 2017, sin muchas respuestas y solo una acumulación de dudas y presagios. Tal vez pasajeros. Tal vez no.