Militares en el gabinete de Trump

Hay 11% de militares en los cargos de designación del próximo presidente de Estados Unidos  

Javier Oliva Posada
Columnas
Trump militares gabinete
Ivan Cholakov

Los estudiosos del sistema político norteamericano señalan que hay en los cargos de designación del próximo presidente de Estados Unidos 11% de militares. Si bien todos en situación de retiro, dos de ellos han logrado la más alta jerarquía, cuatro estrellas.

Hay una sensible diferencia respecto de los gabinetes de los dos anteriores mandatarios, Georges W. Bush y Barack Obama, cuando solo 4% tenía antecedentes profesionales en las Fuerzas Armadas.

Al frente del Departamento de Defensa —creado en 1947—, y por primera vez desde que lo ocupó brevemente el general Georges Marshall en 1950, llega otro militar: el general James Mattis, perteneciente al Cuerpo Expedicionario de Marines, con una amplia y reconocida trayectoria en las Fuerzas Armadas, deberá gozar y no tendrá problema de una dispensa del Senado para ser ratificado, ya que aún no cumple los siete años de haber pasado a retiro.

Mattis sustituyó en su última responsabilidad al general David Petraeus al frente del Comando Central en la conducción de las guerras de Irak y Afganistán.

Como titular del Departamento de Seguridad de la Patria (que se traduce mal en México como de Seguridad) fue designado otro general del Cuerpo de Marines, John Kelly, quien viene de ocupar el Comando Sur, encargado de Centro y Sudamérica y el Caribe. Conoce bien el tema de la inmigración ilegal, el tráfico de enervantes y demás problemas de inseguridad pública que asuelan a Latinoamérica.

Kelly fue comandante en la guerra de Irak entre 2008 y 2009. Será el responsable de la coordinación de las 22 agencias de seguridad e inteligencia civiles para contener a las tres referidas amenazas para Estados Unidos a nivel continental. Este Departamento fue inaugurado en febrero de 2003, como resultado directo de los atentados terroristas del 11 septiembre de 2001.

Ryan Zinke, comandante de la Armada, actual representante por Montana, del Partido Republicano, fue designado por el presidente electo Donald Trump como titular del Departamento del Interior. Esta oficina se encarga de la administración de las propiedades federales, por lo que supervisa los permisos de instalaciones y sus efectos en las poblaciones sobre todo indígenas.

Como militar, Zinke estuvo al frente de unidades especiales de combate, de alrededor de tres mil 500 integrantes, en las operaciones desplegadas en Irak.

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En la influyente oficina del Consejero para la Seguridad Nacional, entre las primeras y más polémicas designaciones —que por cierto no requiere el aval del Senado—, se encuentra el teniente general (de tres estrellas) Michael Flynn. En los últimos años de su carrera en activo se caracterizó por lanzar señalamientos muy serios, como la supuesta relación entre Al-Qaeda y el grupo delictivo Los Zetas, sin prueba alguna.

En 2014 Flynn tuvo una seria desavenencia con el presidente Obama y fue obligado a dimitir de la influyente Agencia de Inteligencia Militar (DIA). Incluso en semanas pasadas su hijo fue despedido del equipo de transición, ya que lanzó acusaciones de tráfico de niños contra la ex candidata Hillary Clinton sin ninguna prueba o elemento al respecto.

Por último, pero no de forma menos importante, se encuentra el egresado de la prestigiada y más relevante academia militar de Estados Unidos, West Point, Michael Pompeo (tanquista), actual representante por Kansas y del Partido Republicano.

Pompeo ha sido propuesto como nuevo director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).

No cabe duda de que Trump ha encontrado en la formación y prestigio de las Fuerzas Armadas de su país una parte sustancial de su futuro equipo de trabajo.