Peña Nieto frente a Trump

El nuevo presidente Donald Trump está realizando un cambio radical en la actitud de Washington hacia México

Sergio Sarmiento
Columnas
Negociaciones sin fruto
Foto: NTX

El presidente Enrique Peña Nieto se enfrenta al mayor reto de su gobierno. Se trata de un conflicto con Estados Unidos, el país más poderoso del mundo en términos económicos y militares. Si bien durante décadas México ha tenido una buena relación con nuestro “vecino distante”, para usar el término de Alan Riding, el nuevo presidente Donald Trump está realizando un cambio radical en la actitud de Washington hacia México.

El gobierno de la Unión Americana se ha vuelto hostil hacia México a pesar de que los dos países habían tenido una cercanía notable en las últimas décadas, particularmente a partir de la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. La gran pregunta ahora es cuál debe ser la posición negociadora de México.

Algunos piensan que, ante un presidente estadunidense agresivo, grosero y prepotente, el mandatario mexicano debe asumir una actitud similar. Sostenían que Peña Nieto no debía acudir a la reunión programada en la Casa Blanca para el próximo 31 de enero. Pensaban que esta ausencia sería una especie de humillación a Trump.

Otros consideran que Peña Nieto debe negociar con inteligencia. Trump ha demostrado muchas veces que dice una cosa en público y decide otras cosas en privado. Le conviene así a México promover una negociación con Estados Unidos. Hay demasiado en la mesa de negociación como para simplemente pararse e irse. Millones de empleos en México y en Estados Unidos pueden desaparecer en los dos países si se deterioran de manera suficiente las relaciones comerciales bilaterales.

El propio Trump parece decidido a llevar los lazos entre las dos naciones al punto más bajo que sea posible. Al señalar en un tuit el 26 de enero que si México no está dispuesto a pagar por el muro entonces es mejor suspender la reunión del 31 de enero con Peña Nieto, Trump hizo imposible que se pueda llevar a cabo la reunión programada.

Mercantilista

Lo que nos dice la experiencia y las mismas posiciones que Trump ha señalado en su autobiografía, The art of the deal, es que su forma de negociar de manera exitosa consiste en agredir de manera constante a la contraparte para obtener después un acuerdo intermedio que las dos partes puedan presentar como una victoria.

Donald Trump ha asumido la típica posición mercantilista que era común en otros tiempos y consideraba que el propósito del comercio es conseguir un superávit. La queja de Trump es que México tiene un superávit comercial de 60 mil millones de dólares al año en su comercio con Estados Unidos. Este superávit, sin embargo, es consecuencia de muchos factores y políticas de Estados Unidos, no de un acuerdo mal negociado con México. Un déficit comercial es una indicación de que el país que lo registra está creciendo y prosperando, y se compensa con flujos de capital, como ocurre, efectivamente, en el caso de la Unión Americana.

Estados Unidos no se está empobreciendo con el comercio internacional. Por el contrario, la apertura comercial de EU es una de las razones de que ese país sea uno de los más prósperos del mundo.

Pero para entender eso hay que tener un poco de conocimiento de cómo funciona la economía. Y ese es un conocimiento que está escaso en estos tiempos en la Casa Blanca.