Donald Trump desata el rechazo mundial

Las críticas a las acciones del nuevo presidente norteamericano se multiplican y endurecen a lo largo y ancho del planeta.

Norberto Vázquez
Política
Manifestaciones anitrump
Foto: Cuarto Oscuro.

A las diversas órdenes ejecutivas que Donald Trump ha dictado en sus primeras tres semanas al frente de la Casa Blanca, incluyendo las de índole migratorio que afectan especialmente a nuestro país, les ha seguido una ola de indignación y rechazo sin precedente en todo el mundo por parte de jefes de Estado, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el Vaticano, firmas transnacionales, premios Nobel y ciudadanos en general.

Por todo el planeta proliferaron en los últimos días manifestaciones públicas y hasta demandas legales con miras a congelar las decisiones de Trump, como muestra clara de la impopularidad del nuevo mandatario norteamericano, por cierto, hijo de una inmigrante escocesa.

De manera temporal, el presidente estadunidense ha sufrido dos reveses judiciales: un “bloqueo legal” a su veto migratorio y, después de la apelación del Departamento de Justicia frente a esa decisión, una “negativa” más para restaurar de forma inmediata el decreto migratorio.

Además existen en transcurso 60 demandas en tribunales —en los cuatro estados fronterizos con México de la Unión Americana que pueden vetar las diversas órdenes ejecutivas del mandatario estadunidense, principalmente en el tema migratorio, que presentó principalmente la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU).

Estos juicios federales tienen como base la ley conocida como Acta de Libertad de Información, para que cada cuartel de autoridades fronterizas y aduanales explique con documentos cómo se implementa la resolución que suspende una orden ejecutiva del presidente Trump.

La organización, la mayor de representación legal de carácter civil en la Unión Americana, indicó que presentó las demandas porque “la administración Trump aún no ha informado al público sobre cuántos refugiados, poseedores de visa y residentes legales permanentes han sido afectados” por las órdenes presidenciales en materia de migración.

A estas posturas judiciales en territorio de Estados Unidos se suman en todo el mundo voces y manifestaciones que rechazan las políticas implementadas por Trump, calificándolas como retrógradas y xenofóbicas porque generan inestabilidad social, migratoria, comercial, laboral y económica a nivel internacional.

Rechazo y enojo

La orden ejecutiva de suspender durante 90 días la concesión de visados y la entrada a los ciudadanos de siete países musulmanes —Irak, Siria, Irán, Sudán, Libia, Somalia y Yemen— hasta que se adopten nuevos procesos de escrutinio, levantó una indignación generalizada.

Los países árabes levantaron sus voces contra el veto impuesto por Estados Unidos a la entrada de ciudadanos de África y Oriente Medio.

El presidente Abdo Rabu Mansur al-Hadi, de Yemen, uno de los países afectados, advirtió que el veto refuerza las tesis de los radicales: “Este tipo de decisiones apoya las posturas de los extremistas y fomenta la segregación. La única manera de que Yemen y Estados Unidos puedan combatir al extremismo es mediante la interacción y el diálogo, no construyendo barreras”.

Irak demanda también que se revise la orden ejecutiva firmada por el presidente Trump: el gobierno iraquí opina que el veto temporal “es una decisión equivocada. El verdadero deseo de Irak es reforzar la asociación estratégica entre los dos Estados y aumentar los horizontes de cooperación en todos los ámbitos”.

El ministro iraquí de Exteriores, Ibrahim al-Yaafari, convocó incluso al embajador estadunidense en Bagdad, Douglas Silliman, para hablar sobre la situación y pedir “a la administración estadunidense que aprecie los sacrificios iraquíes en la guerra contra el terrorismo” que libra en su propio país.

Hassan Rohani, presidente de Irán, otra de las naciones afectadas por esta política antimigratoria, advirtió a su vez que se trata de un clara violación a los derechos humanos y es un síntoma de la “inexperiencia política” de Trump.

“Son recién llegados; ellos vienen de un mundo diferente; un hombre que ha vivido en otro mundo y que ahora ha entrado a la política… esta atmósfera es totalmente nueva para él. Les tomará tiempo hasta que él y sus compañeros se den cuenta de lo que está pasando en el mundo y lo que deberían hacer. Hasta entonces, él lastimará a su propia nación y a otros países”, alertó Rohani.

Crítica

António Guterres, secretario general de la ONU, desestimó en tanto el alcance del veto migratorio a esos ciudadanos de mayoría islámica: “No es la mejor manera para proteger a Estados Unidos, ni a ningún otro país. No creo que esta sea una forma eficaz de hacerlo. Estas medidas deben suspenderse más pronto que tarde”, afirmó.

Y recalcó Guterres: “Si una organización global quiere tratar de atacar una nación como Estados Unidos, seguramente no hará uso de gente con pasaportes de los países que hoy son focos rojos de los conflictos; podrían llegar con pasaportes de países desarrollados y con buenas credenciales; o podrían hacer uso de gente que ya está ahí, que lleva décadas dentro del país”.

Guterres pidió al gobierno estadunidense “no basarse en principios discriminatorios vinculados a la nacionalidad, la religión o la identidad étnica”.

Fuentes del Vaticano señalaron por su parte que las acciones de Trump causan asimismo intranquilidad entre sus integrantes: “Hay preocupación porque somos mensajeros de otra cultura, la de la apertura”, aseveró el arzobispo Angelo Becciu.

De hecho, “el Papa insiste en la habilidad para integrar a aquellos que vienen a nuestras sociedades”, añadió el subsecretario de Estado del Vaticano.

Por si fuera poco, uno de los principales aliados históricos de EU también le está dando la espalda: la primera ministra del Reino Unido, Theresa May, criticó las decisiones de su homólogo norteamericano al señalar que “este gobierno ha dejado en claro que esa política está mal, nosotros no lo haríamos; creemos que es divisoria y equivocada”.

La secundó el presidente de la Cámara de los Comunes de Gran Bretaña, John Bercow, quien afirmó que no invitarán al presidente Trump para que hable ante el Parlamento durante su próxima visita de Estado a Reino Unido.

Bercow —quien preside los debates y recibe a los invitados— dijo que hablar ante el Parlamento no forma parte automáticamente de una visita de Estado, sino que es un honor que hay que ganarse.

“Valoramos nuestra relación con EU, pero siento que nuestra oposición al racismo y al sexismo es sinónimo de nuestro apoyo a la igualdad ante la ley y la justicia: esas son consideraciones muy importantes para la Cámara de los Comunes”, expresóal Parlamento.

Incluso el líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, felicitó a Bercow por su posición: “Tenemos que defender los valores de nuestro país. La visita de Estado de Trump no debería avanzar”, añadió Corbyn.

De igual forma, más de 1.8 millones de ingleses apoyaron una petición on-line al Parlamento para urgir al gobierno a que “rebaje” la visita de Estado de Trump limitando sus actos oficiales, petitoria que se debatirá el 20 de febrero.

Transnacionales

Un grupo dehasta 97 empresas de tecnología, comunicaciones y transporte presentaron en tanto un memorándum ante tribunales estadunidenses contra el veto migratorio, que ellos llaman “islamófobo”.

El decreto presidencial, argumentan, “inflige un daño significativo a los negocios norteamericanos, a la innovación y al crecimiento, y hace más difícil y caro para las compañías de EU reclutar, contratar y conservar a algunos de los mejores empleados del mundo”.

Estas firmas transnacionales consideran que perderán talentos si el decreto presidencial acaba saliendo adelante, porque esos trabajadores no se arriesgarán a intentar vivir en Estados Unidos.

Entre las compañías firmantes se cuenta PayPal, fundada por un asesor de Trump de nombre Peter Thiel.

Cabe señalar el caso de Uber, cuyo presidente, Travis Kalanick, apoyaba a Trump hasta hace poco, pero acabó cediendo a las protestas de clientes y conductores que lanzaron una campaña vía redes sociales bajo el hashtag #DeleteUber, cuya campaña beneficiaría a su compañía rival, Lyft. De cualquier forma Uber perdió, por apoyar a Trump, más de 200 mil usuarios.

Intelectuales

También laureados participantes en la XVI Cumbre Mundial de Premios Nobel de la Paz alzaron sus voces en Bogotá: “Lo que hizo Trump fue un acto racista, que contradice la democracia”, criticó la periodista y activista yemení Tawakkul Karman, quien recibió el galardón en 2011.

A las protestas se unió el dos veces presidente de Costa Rica y ganador del Nobel de la Paz en 1987, Óscar Arias: “Esos hechos alternativos que presenta la administración Trump han hecho que crezcan de manera espeluznante situaciones de insensatez, xenofobia y odio”, aseveró.

“No tiene sentido que nos llamen terroristas cuando EU invadió Irak y oprimió a los países de Oriente Medio por su falta de democracia. Somos gobiernos que buscan la libertad y quieren la paz”, indicó al respecto Shirin Ebadi, galardonada en 2003 por sus esfuerzos por la democracia y los derechos humanos en Irán.

Kailash Satyarthi, reconocido en 2014 por su lucha contra la opresión infantil y su derecho a la educación en India, recordó que “no debe haber fronteras ni muros ni límites para los niños, que son lo más importante que tenemos en el mundo”.

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, galardonado el año pasado, apeló a “la cultura de tolerancia, de respeto al otro y a sus diferencias, de apreciación y defensa de la diversidad como herramienta para terminar los conflictos en el mundo”. Para ello, dijo, es necesario “un cambio de concepción, un cambio radical de paradigma: pasar del miedo, la exclusión y la separación, al amor, la compasión y la unidad”.

Finalmente, la estadunidense Jody Williams, Nobel de Paz en 1997 —por la lucha contra las minas antipersonales— destacó: “Si mencionara todo lo que Trump ha hecho durante su gobierno acabaríamos llorando. Por eso la gente debe seguir protestando, porque gobernar no es aplastar a otros sino buscar el bien de todos. Eso es democracia”.

La oposición a los decretos gubernamentales expuestos por el mandatario norteamericano está logrando así crear una creciente indignación y oposición internacional de la que no hay precedente en la historia moderna.

Revés legal a Trump

El 4 de febrero un juez federal de Seattle, en el estado de Washington, bloqueó el veto del presidente de Estados Unidos al ingreso de ciudadanos de siete países de mayoría africana y musulmana. La medida adoptada por el magistrado James Robart tiene efecto inmediato sobre todo el país y de carácter temporal hasta la toma de una decisión definitiva. El 5 de febrero, la Corte de Apelaciones del Noveno Distrito con sede en San Francisco, California, negó al Departamento de Justicia restaurar de forma inmediata el decreto, que permanece bloqueado desde entonces.

Argumentos de Trump contra inmigrantes

“Muchos inmigrantes que entran ilegalmente, o se quedan en el país una vez caducados sus visados, suponen una amenaza significativa para la seguridad nacional”.

“Las ciudades santuario causan un daño inconmensurable al pueblo estadunidense y la fundación de nuestra República”.

“El aumento reciente de la inmigración ilegal en la frontera sur con México ha puesto una carga innecesaria en el presupuesto federal”.

“Entre quienes entran ilegalmente se encuentran los que buscan dañar a los estadunidenses mediante actos de terrorismo o criminales”.

“La inmigración ilegal presenta una amenaza constante a los intereses de EU”.

Fuente:Decreto sobre refugiados y viajeros de algunas naciones predominantemente musulmanas y africanas del gobierno de Estados Unidos

Gigantes en contra

Entre las 97 empresas norteamericanas de tecnología, comunicaciones y transporte que presentaron un memorándum ante tribunales estadunidenses contra el veto migratorio, que ellos llaman “islamófobo”, se encuentras gigantes corporativos como Twitter, Facebook, Microsoft, Google, Starbucks, Netflix,Airbnb, General Electric, Nike, Amazon y en conjunto Silicon Valley, así como bancos del tamaño de Goldman Sachs y JP Morgan.