México en el futuro de la OTAN

Trump insiste en hacer señalamientos contra la OTAN que generan tensiones

Javier Oliva Posada
Columnas
Hueconomía OTAN
Foto: NATO

Como sabemos, desde la campaña presidencial en Estados Unidos, Donald Trump, entonces candidato del Partido Republicano y ahora jefe del Poder Ejecutivo de ese país, realizó una serie de críticas a la principal alianza diplomática y militar del mundo: tanto al funcionamiento de la organización como a la utilidad de la misma.

Esto último derivado, sobre todo, de las relaciones personales y de negocios entre varios de los integrantes de su equipo, e incluso de él mismo con Vladimir Putin.

Ya como presidente, aunque ha matizado sus posturas Donald Trump persiste en hacer señalamientos que generan reacciones muy interesantes tanto en la propia Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) como en la Unión Europea en general.

El principal desacuerdo hasta el momento es que solo cinco de los 28 socios de la OTAN se han dado a la tarea de cumplir el compromiso asumido en 2015 para incrementar la inversión y el gasto en el sector defensa, para llegar a 2% del Producto Interno Bruto correspondiente.


Para darnos una idea: México destina al mismo sector únicamente 0.47%, que le ubica como el segundo país latinoamericano que peor trata a sus Fuerzas Armadas en general en cuanto a inversión (el último lugar es Guatemala, con 0.45%). De esa cifra hay que descontar lo que se destina a sueldos, salarios, pensiones y gasto corriente, para observar cuánto se destina a investigación, desarrollo y vinculación.

Otro de los aspectos críticos en el funcionamiento de la OTAN que ha señalado Trump es la escaza implicación de sus integrantes en el combate al grupo autodenominado Estado Islámico y otras organizaciones terroristas que actúan en esa parte del mundo y el norte de África, sobre todo. Las exigencias para que las Fuerzas Armadas de Estados Unidos y de los países aliados asuman labores y realicen despliegues tácticos en su origen poco vinculados con la profesión militar (como son los combates urbanos frente a enemigos asimilados por la población, sin uniforme, por ejemplo) ha dado paso a lo que desde hace unos diez años se conoce como “guerras asimétricas”.

Experiencia

Las Fuerzas Armadas de México tienen una importante ventaja en capacidades doctrinales, estratégicas, operativas, tácticas y de equipamiento; la forma en que el Ejército Mexicano, la Fuerza Aérea y la Armada de México han debido adaptarse con notable rapidez a las exigencias para colaborar y en muchos casos sustituir abiertamente a las corporaciones policiacas locales —municipales y estatales—, les ubica en un lugar distinguido a nivel mundial.

Tomemos en cuenta que hasta el día de hoy, por ejemplo, las Armadas de países como Alemania, España, Italia o Reino Unido no han desarrollado protocolos de interrogatorio a los inmigrantes que son interceptados en las aguas internacionales del Mar Mediterráneo, ni tampoco han consolidado la forma de procesar y abordar las muy débiles embarcaciones con decenas de migrantes.

Así, ante el incierto contexto y futuro inmediato que se cierne sobre la OTAN, establecer contactos más directos, sistemáticos y hasta permanentes con sus contrapartes en nuestro país les sería de mucha utilidad para poder hacer frente a una probable contracción de Estados Unidos en lo que hace a sus aportaciones económicas y de fuerza en suelo europeo.

La experiencia de México, donde que en condiciones de franco acoso presupuestal, presiones mediáticas (nacionales e internacionales) y escaso respaldo político y legislativo las Fuerzas Armadas son un referente de apoyo por parte de la sociedad, es por tanto de utilidad para la manera en que la OTAN debe hacer frente a sus nuevos antagonismos.