La popularidad de Trump

Trump se las ha arreglado para dominar la agenda política en EU y el mundo con una estrategia de comunicación basada en Twitter

Sergio Sarmiento
Columnas
Donald Trump
Foto: AP

Donald Trump se ha convertido en una obsesión, no solo para los estadunidenses sino para el mundo entero. Ningún presidente de Estados Unidos, ni siquiera Barack Obama, quien obtuvo un inmerecido Premio Nobel de la Paz en su primer año de gobierno, dominaba como lo hace Trump los espacios de los medios de comunicación.

La cobertura de los medios tradicionales sobre el nuevo presidente de Estados Unidos es abrumadoramente negativa. Y con razón. Pero en la batalla de la opinión dentro de su país, que es la que finalmente le importa, ha logrado mantenerse en un buen nivel.

En Estados Unidos hay encuestas casi diarias sobre la aprobación presidencial. La página de internet Real Clear Politics acumula la mayoría y da a conocer un promedio que se va actualizando constantemente. Es un promedio que incorpora estudios con metodologías y muestras distintas, pero que ha resultado útil para conocer la actitud de los estadunidenses.

Según este promedio, en el periodo del 12 de enero al 7 de febrero Trump registraba una aprobación de 42.4% y un rechazo de 50%. Esto le da un diferencial negativo de 7.6%, pero que se sostiene ante el promedio que se registraba el día de su inauguración, 20 de enero. Las cifras actuales de Trump son mucho mejores que las de la campaña: el 20 de octubre de 2016, por ejemplo, registraba una aprobación de solo 35% y un rechazo de 61.1, lo cual no le impidió ganar la elección del 8 de noviembre.

Trump sale mejor evaluado en las encuestas que se realizan por internet de manera anónima —como las de la empresa Rasmussen Reports—, que en aquellas que se preparan con entrevistas personales. Esto explica que Rasmussen haya predicho el triunfo electoral de Trump, cosa que todos los demás estudios descartaban. Una posible explicación es que los simpatizantes de Trump rechazan en un mayor número ser entrevistados para encuestas, quizá porque se sienten presionados, pero sí participan en aquellos estudios que se hacen de manera automática por internet.

Apoyo

Trump se las ha arreglado para dominar la agenda política en Estados Unidos y en el mundo con una estrategia de comunicación basada en Twitter, que busca rebasar a los medios tradicionales, y con medidas que han generado polémica. Trump ha decidido entrar en conflicto con un amplio número de gobiernos extranjeros, entre ellos el mexicano, y con muchos grupos, desde empresas muy importantes hasta los musulmanes dentro y fuera del país. En esto podría estar cometiendo un error. En lugar de sumar aliados a su causa, está acumulando enemigos que tarde o temprano encontrarán alguna manera de responder.

Los grupos de la población estadunidense que votaron por él, sin embargo, se mantienen firmes en su respaldo. Las medidas que podrían parecer más objetables a las empresas o personas preparadas, como el intento por construir un muro en la frontera con México, el ataque al Tratado de Libre Comercio de América del Norte o el veto al ingreso de ciudadanos de siete países musulmanes, son las más aplaudidas por estos grupos.

Trump apenas acaba de cumplir 20 días en el poder. Es muy pronto para ofrecer alguna apreciación de largo plazo. De lo que no hay duda es de que encabeza un gobierno que no está siendo indiferente y que hasta ahora mantiene su popularidad entre quienes votaron por él.