Tras el rastro de ciberagitadores sociales

Una investigación de la Unidad de Inteligencia Cibernética de la Procuraduría General de Justicia capitalina le sigue la pista a cientos de perfiles

Norberto Vázquez
Política
Ciberagitadores sociales
Foto: Cuarto Oscuro.

Derivado de la detección de diversas cuentas de Twitter y Facebook desde donde se promueven hechos violentos como los del pasado mes de enero, que desencadenaron saqueos de centros comerciales y violencia generalizada incitada desde las redes sociales, la Unidad de Inteligencia Cibernética de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJCDMX) les sigue la pista a esos ciberagitadores sociales mediante una investigación de “carácter especial”.

También indaga su participación en lo sucedido semanas después, cuando luego del lamentable hecho en Nuevo León —donde un alumno de secundaria atentó contra sus compañeros, su maestra y su vida misma— estos ciberagitadores volvieron a la carga con el hashtag #MasMasacresenMéxico, realizando actividades de bots y trolles, buscando ataques en masa con el fin de atraer la atención, generar polémica, confrontarse con otros usuarios, provocar trending topic y establecer una tendencia. (Ver Recuadro 1)

Para no entorpecer las indagatorias, no se revelan los centenares de cuentas que se rastrean, pero José Roberto Uribe Ruiz, titular de la Unidad Cibernética, en entrevista exclusiva con este semanario expone detalles de las pesquisas que se siguen contra estos grupos de usuarios en redes.

Además, pone énfasis en señalar la necesidad de legislar estas actividades, las cuales están demostrando un gran poder de fuerza social y de movilización que usan de manera indiscriminada personas que saben que no sufrirán ninguna consecuencia judicial.

Quiénes son

Roberto Uribe dice que los ciberagitadores son conjuntos de individuos, “grupos de personas que persiguen un propósito particular, algunos, mientras que otros no tienen una finalidad definida y más bien son gente que con base en el humor negro y escudada en cuestiones ideológicas, aprovechan momentos, tiempos y situaciones para colgarse de ese momento para publicar y ganar adeptos”.

Destaca que se puede catalogar a ciertos grupos en redes como agitadores porque a fin de cuentas es lo que quieren: “Llegó a haber en la campaña para los saqueos maniobras en internet que de plano incitaban a saquear diversos centros comerciales. Desafortunadamente, nos remitimos al concepto del agitador: al final de cuentas están incitando a que se rompa el orden y lo consiguen. Y tan lo consiguen que hubo personas que hicieron caso a ese tipo de cuestiones y llevaron a cabo en la realidad campañas de desprestigio o de malinformación”.

—¿Cómo los han detectado y les siguen la pista?

—Ya tienen tiempo en la red; pero como todo, la tecnología da pie a que aparezcan nuevos grupos, a que compartamos tanto conocimientos buenos como a que la utilicemos para situaciones no propias. Ellos aparecen en ciertos momentos y en particular se aprovechan de ciertas situaciones en las que llaman la atención. Muchos de ellos nada más buscan publicidad e interacciones… estar constantemente atrayendo una especie de atención. No es tanto que busquen un fin económico o una situación, aunque sí los hay: existen grupos que efectivamente, por lo que nosotros podemos chequear en el modus operandi, parece que están bien estructurados y participan en ciertos momentos para asestar un golpe mediático en cierto momento. Desde nuestro punto de vista, sí llevan detrás una estructura.

Sobre el origen de estos perfiles, Uribe señala que “es raro que participen perfiles de procedencia extranjera. Al final de cuentas se tendría que determinar, llevar una investigación para establecer si efectivamente partieron de aquí las comunicaciones o de otro lugar. Pero por lo regular son situaciones que atañen al país… ¡son personas de aquí! Solo quieren notoriedad, se cuelgan de la situación y crean campañas aparentando que hay algo más en todo ello, cuando la realidad es que solo buscan el caos y lo que ellos llaman humor negro.

—¿Hasta dónde llegarán las indagatorias?

—Hemos detectado de dónde son, de dónde viene el origen y su modus operandi, lo cual es muy útil. Nosotros, a través de nuestra página, constantemente metemos campañas en las cuales informamos a las personas cuando detectamos este tipo de situaciones. Por ejemplo, en nuestro perfil de Facebook hace como un mes aproximadamente aportamos dos nuevas presentaciones de los bots y la de los trolles de internet ¿Cómo reconocerlos? ¿Cómo operan? ¿Qué tipo de modus están haciendo? Pero sobre todo, diciéndole a la ciudadanía que busque información, que no haga caso de toda la información que está en la red y que aprenda a detectar cierto patrón de comportamiento.

Aprietos legales

Cabe señalar que las investigaciones de la Policía Cibernética se topan con argumentos legales, dice Uribe: “Ahora, legalmente, salvo que caiga en lo estipulado en el Código Penal vigente, no podemos ir más allá porque entramos en conflicto con la libertad de expresión. ¿Hasta dónde llega la libertad de expresión y a dónde llega la ley? No podemos censurar todo lo que dicen y todo lo que publiquen, ni podemos detener a toda la comunidad de Twitter o a un cierto grupo en particular”.

Y agrega: “Entonces, sí siento que nos hace falta legislar, porque desafortunadamente su escudo es una publicación: ‘Yo no hice el hecho’, ‘Yo no lo estoy cometiendo’, ‘Yo lo publiqué y si alguien lo llevó a cabo y no supo diferenciar entre algo real y algo irreal no es mi problema’, ‘Yo nada más lo publiqué, yo nos los incité…’ Pero desafortunadamente, al no haber una legislación que nos distinga entre humor negro y libertad de expresión, esto sucede”.

—¿Es entonces urgente que se legisle?

—Es sumamente importante que se conserve un orden sin llegar a caer en coaccionar la libertad de expresión, porque al final del día internet está diseñado para comunicar a todos los seres humanos en cualquier lugar donde estén, compartir puntos de vista en cualquier parte del mundo, sin menoscabo de que sean puntos de vista opuestos a lo que nosotros creemos es un mundo libre. No obstante, sí es importante que se ponga orden, que se diga hasta dónde puedes deslindarte de alguna cuestión, hasta qué punto de vista puedes publicar… Porque no es lo mismo ejercer un derecho de libertad de expresión que subir fotos de menores, que hasta caemos en un delito. No es lo mismo incitar a cometer un ilícito, que leer o compartir un libro. ¡No es lo mismo!

José Roberto Uribe Ruiz indica que se debe poner en claro qué sí está permitido y qué no.

“Esto sin caer en polémicas como hace un tiempo, cuando intentaron poner una Ley de Delitos Informáticos, la cual no fue bien recibida porque no fue muy bien abordada; desde mi punto de vista fue muy restrictiva y hay que tener en consideración muchos puntos”, reseña Uribe.

—¿Y en cuestiones de apoyo por parte del sector privado cómo andan?

—Es importante que se nos permita la cooperación de los proveedores de internet, que la tenemos en algunos casos. Pero no todos aquellos que desafortunadamente manejan perfiles de Twitter y Facebook son empresas que radiquen aquí: nosotros no podemos ordenarles algo a ellas. Están en libertad de aplicar sus propias normas y hasta dónde se puede llegar. Lo que nosotros sí podemos hacer respecto de lo que sucede en nuestro país es legislar, ordenar, normar hasta qué punto es permisible una conducta determinada. Con la legislación actual no hayhacia dónde movernos:aunque los encontremos y sepamos quiénes son, el delito no es grave, no amerita cárcel. Entonces, sí necesitamos que se lleve a cabo un orden legal.

—¿Hasta dónde puede llegar el poder de las redes sociales a mediano plazo?

—Se trata de una situación que se debe considerar, que no puede despreciarse. Porque incluso expertos han advertido que cuando la masa actúa por agitación, incentivado su instinto de algún modo, se generan atrocidades: y trasladar esa situación al mundo digital sí es peligroso. ¡Es un riesgo que se les permita a los ciberagitadores hacer todo lo que quieran! Porque una situación se puede escapar de las manos y encender la mecha. Puede generar una reacción que nos lleve a consecuencias muy graves.

Por ello, añade, es que “no deben de ser tratados a la ligera estos grupos. Porque no puede menospreciarse el poder que tienen los ciudadanos en las redes: es un poder inmenso… y se puede usar para bien o para mal”.

Roberto Uribe concluye que esto establece ya un precedente para el futuro “y, además, queda establecido que no hay impunidad. El hecho de que ya tengamos una repercusión positiva en que este grupo en particular que estuvo relacionado con hechos lamentables ya haya parado sus campañas que estaban en aumento, es un logro. El hecho de que hayan sido desarticulados y hayan desaparecido los grupos más radicales nos lleva a determinar que ese es el camino correcto. Al final de cuentas sí son un daño para la sociedad”.

Técnicas de agitadores cibernéticos

Bots Es un tipo de programa informático autónomo capaz de llevar a cabo tareas concretas e imitar el comportamiento humano. Funcionan en redes y pueden interactuar con otros sistemas o usuarios. Pueden realizar múltiples funciones: editar textos, moderar conversaciones o responder preguntas. Se usan para realizar diversas tareas en plataformas muy populares como YouTube, Twitter, Facebook o Instagram.

Troll Vocablo de internet que describe a una persona que solo busca provocar intencionadamente a los usuarios o lectores, creando controversia, causando reacciones predecibles, especialmente por parte de usuarios con fines diversos, desde el simple divertimento hasta interrumpir o desviar los temas de las discusiones, o bien provocar reacciones de enfado a sus participantes y enfrentarlos entre sí.