EU: quebradisísimo

Muchos temen que una guerra civil se esté larvando en Estados Unidos

Guillermo Fárber
Columnas
Hueconomía 835
Foto:CPAC

Steve Bannon (63) es hoy el principal estratega del gobierno de Donald Trump y, para la doctrina políticamente correcta actual (neocons por un lado e izquierdistas encubiertos por el otro; ambos globalistas, fascistas y belicistas a ultranza), el ideólogo de derecha-nacionalista-populista más detestado del momento.

Choque de unos radicales contra otros, que se llama; por eso muchos temen que una guerra civil se esté larvando en Estados Unidos.

Dada esta mala fama de Bannon (en los medios ad hoc, claro, the usual suspects: New York Times, Washington Post, CNN, MSNBC, Time magazine y demás presstitutes distinguidos), se entiende que él no resista demasiado la tentación de poner énfasis a cada rato respecto del hecho (incontrovertible, por lo demás) de que su jefe hereda una situación económica nacional más allá de lo desesperada (muuucho más allá).

Bannon acostumbra comenzar sus conferencias así. “A las once de la mañana del 18 de septiembre de 2008 el secretario del Tesoro, Hank Paulson, y el jefe de la Fed, Ben Bernanke, fueron a la Casa Blanca y le plantearon este ultimátum al saliente presidente (George) Bush: ‘Hace unas horas le inyectamos 500 mil millones de dólares al sistema financiero, pero necesitamos otro trillón de liquidez (billón nuestro) hoy mismo, o de lo contrario el sistema financiero entero de EU implotará dentro de las próximas 72 horas y el sistema financiero mundial lo seguirá en las siguientes tres semanas. Las consecuencias sociales y políticas se pueden imaginar”.

Venciendo a través de la intimidación

Es decir, aquellos dos perversos lo amenazaron con el caos. Y Bushit, quien nunca ha sido ningún prodigio de neurona ni de testosterona y además ya tenía un pie fuera de la Casa Blanca, no vio mayor problema en zafarse de ese calambre terminal, acceder al megachantaje de Wall Street y heredarle a su sucesor esa bomba de tiempo. Así fue. A la postre, como siempre ocurre, ese anglotrillón se convirtió en cinco o nadie-sabe-cuántos (por supuesto: en los colapsos, nadie lleva cuentas de nada).

“Hoy estamos de cabeza”, continúa Bannon. “Las democracias industriales tienen un problema que nunca antes habían enfrentado: estamos sobreendeudados y tendremos que pasar por un periodo de desendeudamiento masivo. Además hemos construido un Estado de Bienestar que es completa y totalmente insostenible”. Esto los conduce, añade, “a una crisis inevitable”.

Pero no olvidemos que Bannon es también un ex banquero (fue empleado de media tabla en ese totem bankster, Goldman Sachs, de 1984 a 1990) y saca cuentas obvias. Después de esos trillonarios “rescates”, subraya, hoy EU tiene un hoyo financiero gigantesco, impagable, de dudas oficiales y pasivos diversos por más de 200 anglotrillones, contra activos netos totales por unos 50 o 60 anglotrillones”. O sea, después del diluvio universal, EU sufre sequía y muestra un capital de menos 150 anglotrillones. La definición misma de una quiebra absoluta.

Pero, aunque usted no lo crea, todavía hay almas nobles que consideran que este hiperbroncononón “no es mayor problema”.