Ataques contra refugiados en Nigeria dejan tres muertos

Fueron perpetrados por atacantes suicidas que se filtraron a un campo de refugiados

Redacción
Política
presidente Muhammudu Buha
Foto: AP

Al menos tres personas murieron y 20 resultaron heridas por una serie de ataques explosivos contra un campo de refugiados en la ciudad nigeriana de Maiduguri, quienes han huido de la violencia del grupo islamista Boko Haram.

Los ataques se registraron durante la madrugada en la zona de Muna de Maiduguri, capital del estado de Borno, y fueron perpetrados por atacantes suicidas que se filtraron al campo de refugiados, fingiendo ser vendedores ambulantes.


“Se registraron cuatro explosiones dentro del campo. Los bombarderos atacaron diferentes lugares alrededor 04:30 horas locales (03:30 GMT)”, informó Tijjani Lumani, coordinador del campamento, donde viven cerca de 200 desplazados.

Según testigos, los atacantes ingresaron al campo de refugiados desde la tarde del martes junto con varios comerciantes que venden carbón vegetal a los desplazados para cocinar sus alimentos.


“Un total de cinco suicidas, todos hombres, participaron en los incidentes, matando a tres personas e hiriendo a unas 20 más, con diversos grados”, según un reporte del diario “The Punch”.

Las explosiones incendiaron tiendas de campaña en el campo de Muna, destacó el responsable, tras señalar que ningún grupo se ha atribuido la responsabilidad de los ataques, aunque recordó que Maiduguri ha sido blanco de los combatientes del grupo armado Boko Haram.

La mayoría de las personas que viven en el campo de Muna son nigerianos del noroeste de Nigeria que han huido y abandonado sus hogares debido a la oleada de ataques que el grupo Boko Haram lleva a cabo de manera constante en la región.

El grupo islamista ha incrementado sus ataques en el norte de ese país desde que el presidente Muhammudu Buhari asumió su cargo en mayo del año pasado, con la promesa de combatir el terrorismo en Nigeria y acabar con Boko Haram.

Boko Haram, que en lengua husa significa “la educación occidental es un pecado”, ha aterrorizado a la población del norte de Nigeria desde 2009, perpetrando ataques contra la policía, escuelas, iglesias y civiles, además de bombardear edificios públicos y secuestrar a cientos de civiles.