Horario de verano no genera trastornos del sueño

El próximo 2 de abril cambia el horario de verano  

Lorena Ríos
Todo menos politica
Cambio de horario
Foto: CO

El horario de verano no afecta a la salud y no se ha reportado que el cambio de horario motive el surgimiento de trastornos de sueño o empeoramiento de éstos en personas que ya los padecen, destacó Reyes Haro Valencia, director del Instituto Mexicano de Medicina Integral de Sueño (IMMIS).

El especialista señaló que el cuerpo humano tiene mecanismos de adaptación que se localizan en el cerebro, mismos que se activan para ubicar todos los ritmos fisiológicos al nuevo horario. Se trata del reloj biológico que regula los biorritmos entre los que destacan los ritmos circadianos, que ocurren cada 24 horas como el ciclo sueño-vigilia.

Añadió que esta función adaptativa es la misma que se activa para ajustar la fisiología y actividades después de cada fin de semana y vacaciones. La mayoría de las personas suelen acostarse y levantarse tarde viernes y sábados, con lo que se desfasa su ritmo circadiano de una a tres horas, entonces el domingo intentan dormir temprano sin lograrlo debido a este desplazamiento en sus horarios.

El especialista señaló que el lunes se torna un poco difícil para el desempeño diurno y puede haber exceso de bostezos, fatiga, malestar, irritabilidad, somnolencia y mayor consumo de sustancias estimulantes de uso habitual como las bebidas con cafeína. El martes ya suele recuperarse el ritmo habitual. Este es un claro ejemplo de cómo unas horas en el cambio de ritmos no afectan más allá de lo mencionado.

Reyes Haro dijo que otro ejemplo útil para comprender la no afectación en la salud con el cambio de una hora en el horario de verano, es lo que ocurre con el desfase de los ritmos biológicos durante los períodos vacacionales, en los cuales los horarios para acostarse y levantarse van más allá de una hora, el regreso a las actividades y la adaptación pueden llevar hasta 72 horas, dependiendo de la duración de las vacaciones y el intervalo de tiempo que se hayan recorrido los horarios, pero aún así, ocurre la adaptación a los horarios convencionales.

Abundó que lo mismo ocurre cuando se viaja a otro continente, donde al llegar, el horario puede afectar el rendimiento, pero de igual manera, se activan los mecanismos de adaptación a las nuevas condiciones.

Además, en casos más extremos, muchas personas de acuerdo a su actividad profesional, se someten constantemente a cambios de horario sin que esto afecte su salud, como el personal aéreo, los conductores de autobuses foráneos y personas que trabajan turnos prolongados, así como aquellos que se someten periódicamente a cambios de turno o que trabajan por la noche y duermen de día. La fuerza de cada persona y su reloj biológico les permite adaptarse a cambios constantes de horario o tolerar jornadas prolongadas de trabajo.

Con el fin de lograr una adaptación más rápida en aquellas personas sensibles al cambio de horario la recomendación es evitar las siestas la semana previa y posterior al cambio a fin conciliar más fácil el sueño durante la noche, reducir el consumo de sustancias estimulantes, en particular cerca de la hora de dormir, ajustar el reloj y sus actividades al nuevo horario y procurar un horario regular para levantarse y acostarse todos los días, incluso los dos primeros fines de semana o los días de descanso.

En México, es una medida que se estableció en la mayor parte del territorio nacional desde 1996, sin embargo, en algunos estados como Baja California Norte se implementó desde 1942, en Yucatán desde 1981, y en los estados de Durango, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas desde 1988. En la actualidad cerca de 100 países lo aplican en todo el mundo. El próximo domingo 2 de abril se da este cambio.