La Coordinación de Protección Civil estatal suma 35 municipios ubicados en diferentes regiones de Michoacán, que son considerados de alto riesgo durante la temporada de lluvias, por lo que autoridades han iniciado labores preventivas para evitar afectaciones.
Entre ellos están Coahuayana, Apatzingán, Arteaga, Lázaro Cárdenas, Sahuayo, Yurécuaro, La Piedad, Indaparapeo, Ciudad Hidalgo, Álvaro Obregón, Angangueo y Morelia, entre otros.
Todos tienen en común afluentes que los atraviesan, zonas bajas o sistemas hidráulicos deficientes que ocasionan inundaciones severas en caso de lluvias torrenciales, señaló.
De hecho, algunos de estos municipios ya han sufrido los efectos de fenómenos meteorológicos que, incluso, han cobrado víctimas.
Citó los casos de Angangueo y Tuxpan en 2010, cuando las precipitaciones pluviales ocasionaron deslaves, derrumbes y desbordamientos de ríos, así como la muerte de al menos siete personas, entre ellas varios niños que fueron arrastrados por la corriente.
Por ello y para evitar que se vuelvan a repetir casos similares, autoridades municipales de Tuxpan han iniciado ya con labores preventivas.
En entrevista, el presidente municipal, Jesús Mora González, dio a conocer que se inició ya la limpieza integral de los ríos Grande y Chamisal, a fin de evitar se desborden en caso de lluvias fuertes.
“No queremos que nos vuelva a ocurrir lo mismo que hace siete años”, indicó.
Las autoridades de Protección Civil anualmente invitan a los ayuntamientos a realizar este tipo de acciones para evitar se formen tapones de basura, añadió.
Por experiencia, señaló, se sabe que bordes de ríos son utilizados para tirar escombro y basura, incluso tan asombrosa como refrigeradores, sofás y otros objetos de grandes dimensiones como llantas de vehículos.
Son justamente estos objetos los que ocasionan taponamientos, retención de agua y, posteriormente, inundaciones, apuntó.
En Morelia, la capital del estado, más de medio centenar de colonias se ubican en zonas “blandas”, donde el agua es difícil se filtre generando en el mejor de los casos “encharcamientos”, es decir, inundaciones menores a los 40 centímetros.