El minúsculo bebé de oso panda cuyo nacimiento hizo las delicias de los japoneses y las portadas de gran parte de sus medios de comunicación, goza de buena salud, informó el zoo Ueno de Tokio.
Su madre, Shin Shin, una osa de 11 años y 110 kilogramos de peso, que se encuentra al resguardo de las miradas y del ruido, se mantiene constantemente pegado a su cálido pelaje al dimunito recién nacido, cuyo peso fue estimado tras su alumbramiento en 150 gramos.
“Parece gozar de buena salud porque con regularidad oímos sus pequeños gritos”, declaró el director del zoológico, Yutaka Fukuda.
Los responsables del parque afirmaron que todavía no pueden determinar el sexo, el peso ni el tamaño del pequeño panda, que no se separa de su madre.
Estos úrsidos de pelaje negro y blanco, cuando llegan al mundo son de color rosado, no tienen pelo y pesan unos 100 gramos.
Este bebé, que aún no tiene nombre, es el primer panda gigante que nace en este zoológico desde hace cinco años, tras el nacimiento del pequeño Shin Shin en 2012. Pero el júbilo entonces duró poco: murió de neumonía seis días después.