Una severa ola de calor está sofocando a Francia a tal punto que las autoridades solicitaron a la población tomar medidas de precaución.
La temperatura en París ascendió a 36 grados centígrados (95 grados Fahrenheit) y causó situaciones usualmente vistas sólo en el apogeo del verano.
Como el del parisino Alexandre Boudy, quien fue a sentarse cerca de una fuente de agua, cerca de la Torre Eiffel, al salir de su trabajo para almorzar. Boudy señaló que estaba tratando de mantenerse hidratado en medio del intenso calor.
Las autoridades han ejercido suma cautela en casos de temperaturas altas, advirtiéndole a la población sobre las medidas que debe tomar, especialmente desde que una ola de calor dejó miles de muertos en el 2003.
Las únicas regiones que no han sido afectadas por la ola de calor son la región del sudeste y la isla de Córcega.