Creciente consumo de cigarro electrónico en México

La Secretaría de Salud no debe ser omisa ante la introducción de estos productos ni dejarse engañar

Lorena Ríos
Todo menos politica
Cigarro electrónico
Foto: Leszek Glasner

A pesar de que la Ley General para el Control del Tabaco prohíbe la comercialización, venta, exhibición y distribución del cigarro electrónico en México, la realidad es otra: adolescentes y jóvenes han sido seducidos por este producto que fue diseñado supuestamente para superar la adicción a la nicotina y que ahora consumen porque piensan que no corren riesgos de dañar su salud, cuando es todo lo contrario, advierten especialistas.

Así, a los 17.3 millones de fumadores de doce a 65 años que existen en el país, los cuales consumen principalmente cigarros y puros, ahora se suman quienes utilizan los cigarros electrónicos.

“Hoy existen diversos productos alternativos a los cigarros convencionales: cigarros light, pipas, pipas de agua, tabaco masticable, cápsulas de sabor, cigarros electrónicos e IQOS o tabaco calentado. Estas modalidades son promocionadas como menos dañinas o de bajo riego, pero eso es totalmente falso”, alerta Juan Zínser Sierra, presidente del Consejo Mexicano contra el Tabaquismo.

Recalca el médico oncólogo que “todas las modalidades de tabaquismo son prohibitivamente dañinas, así como las modificaciones que se le hacen al cigarro convencional, para presentarlo como cigarro saborizado o light. Hay quienes piensan erróneamente que estos productos no afectan la salud, pero son igual o más carcinógenos que los cigarros convencionales”.

Los cigarros electrónicos fueron diseñados en China en 2004, supuestamente para dejar de fumar, pero este beneficio no está demostrado: “Lamentablemente, este tipo de productos acerca a los jóvenes al tabaquismo, aun cuando no habían considerado ser fumadores, por la falsa promoción que se les hace a estos productos”, resalta el médico del Instituto Nacional de Cancerología (INCan).

Estudio del INSP

En un estudio realizado por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) entre estudiantes de secundaria de Monterrey, Guadalajara y la Ciudad de México, los resultados preeliminares determinaron que 90% de los jóvenes ha oído hablar del cigarro electrónico, más de 30% lo ha probado y más de 10% lo consume actualmente.

La investigación denominadaTendencias del consumo de nicotina entre jóvenes alerta sobre los daños a la salud que provoca el tabaquismo en sus diferentes modalidades y dispositivos.

El maestro Inti Barrientos Gutiérrez, investigador del INSP y quien encabezó la investigación que se realizó en 57 secundarias públicas urbanas de las tres principales ciudades del país para conocer el consumo de tabaco, comparte que casi 40% de adolescentes de 13 años de edad probó tabaco en el último año “para experimentar”.

Resalta que de acuerdo con los resultados el conocimiento sobre el cigarro en este sector de la población creció de 51 a 92%; más de 29% cree que el cigarro electrónico no le causará daño, y 19% piensa que no es adictivo, por lo cual su uso se incrementó de 10 a 30 por ciento.

Las nuevas formas de consumo de nicotina son atractivas para los adolescentes debido a la falsa creencia de que les genera estatus, reconocimiento y pertenencia al grupo en el que conviven.

El investigador del INSP remarca tres fenómenos observados en el estudio: “En primer lugar, nos dimos cuenta de que nuevas formas de consumo de nicotina, como el cigarro electrónico, son atractivas para los adolescentes. Esto lo vemos por el nivel de prueba, cercano al del tabaco común, y el consumo, donde lo supera; en segundo, que estos aparatos no necesariamente canibalizan el mercado del tabaco, ya que impactan en el grupo de adolescentes de riesgo medio, los cuales son menos proclives al consumo de cigarros. De ellos, un porcentaje importante no habría iniciado en el consumo de nicotina si no existieran estas alternativas que son percibidas como de ‘bajo riesgo’ aunque no haya evidencia de ello”, expone.

Dado el incremento de estas alternativas y de los cigarros con cápsula, es posible señalar el uso de saborizantes como uno de los factores clave en el consumo de nicotina entre los adolescentes, dice el investigador.

Agrega Inti Barrientos que lo anterior es lógico porque “el mal sabor y el olor fácil de distinguir por los padres son dos de las barreras de entrada para el consumo de tabaco; y dichos productos las eliminan, al menos parcialmente”.

Por su parte Érick Antonio Ochoa, de la Fundación Interamericana del Corazón México, manifiesta que “el Convenio Marco para el Control del Tabaco es muy claro respecto de este tipo de productos: la OMS declaró que detrás de todas estas innovaciones riesgosas está la industria tabacalera. Hasta el momento no se ha probado su menor peligrosidad, se desconoce el grado de reducción de riesgo, por lo cual representan graves amenazas para niñas, niños y adolescentes”.

En esta situación la Secretaría de Salud no debe ser omisa ante la introducción de estos productos ni dejarse engañar, como parecen haber sido los casos de España y Colombia: deben anteponer las autoridades la protección de la salud pública por encima de intereses comerciales, concluye.