La confianza y Meade

La creciente confianza económica favorece a José Antonio Meade, secretario de Hacienda

Sergio Sarmiento
Columnas
Jose Antonio Meade
Foto: NTX

El ánimo de los mexicanos sigue siendo negativo en lo general. La inseguridad es un lastre para la confianza de los ciudadanos. También lo es el tema de la corrupción, que se está convirtiendo en uno de los males más dañinos y persistentes de nuestro país. En materia económica, sin embargo, las predicciones de los economistas independientes y oficiales han venido en aumento de manera consistente en este 2017. Hacía mucho tiempo que no ocurría que las previsiones económicas subieran en vez de bajar.

El ánimo de un país que llevaba mucho tiempo sumido en el pesimismo no está cambiando solo entre los economistas: el INEGI dio a conocer este 3 de agosto su índice de confianza del consumidor para el mes de julio, el cual mostró un incremento de 1.8% en comparación con el mes inmediato anterior. Se mantienen los resabios del pesimismo anterior. Si la comparación se hace con julio de 2016, hace un año, se registra un descenso de 0.4%. El optimismo apenas empieza a asomar la cabeza.


El mayor repunte se concentra en la economía. Todos los indicadores de confianza económica mostraron avances sólidos en julio. De alguna forma es lógico. Si bien la economía ha seguido creciendo apenas 2% al año en el sexenio de Enrique Peña Nieto, muy por debajo de 6% que prometió en campaña, el país lleva ya 14 trimestres consecutivos con expansión. En la oscilante historia económica de nuestro país no son muchos los periodos con un crecimiento sostenido durante tanto tiempo.

Por algo


La actual solidez económica es producto de muchos factores. La Secretaría de Hacienda y el Banco de México han realizado un trabajo profesional desde hace varias décadas. Una de las reacciones a las constantes crisis económicas del país durante años fue crear un consenso dentro del gobierno para impulsar políticas públicas más sensatas. La última de las crisis económicas, la de 2009, tuvo lugar en un país ya con mejores instituciones, lo cual explica por qué se registró una recuperación tan rápida una vez que concluyó la crisis.

Esta recuperación en la confianza económica tiene lugar en un momento en que el presidente y su gobierno tienen las peores cifras de aprobación popular en la historia. En un principio este rechazo era simplemente producto de la falta de comprensión de las reformas estructurales, pero otros factores han coincidido para disminuir la popularidad del presidente. Hay una visión entre la población de que todos los que están en el poder se benefician de la corrupción. Casos como los de los gobernadores Javier Duarte, de Veracruz, y Roberto Borge, de Quintana Roo, han ayudado a fortalecer esta percepción. El crecimiento de las redes sociales, con la facilidad que otorgan para la crítica a cualquier acto del gobierno, ha multiplicado los problemas de credibilidad. El caso de la “casa blanca” de la primera dama se convirtió en un golpe muy fuerte para la popularidad del presidente desde 2014.

En un momento en que Peña Nieto se prepara a tomar su decisión sobre el candidato del PRI en una elección presidencial que se ve muy complicada en 2018, la creciente confianza económica favorece a José Antonio Meade, el secretario de Hacienda, quien ha tenido cargos importantes en gobiernos priistas y panistas. De hecho, Andrés Manuel López Obrador, el favorito en este momento para ganar la elección presidencial, ya ha señalado a Meade como el candidato de lo que él llama la mafia del poder. Por algo será.