Cascajo y composta para una alternativa urbana sostenible

Construir suelos artificiales a fin de mantener el crecimiento vegetal

Redacción
Todo menos politica
Composta y cascajo
Cuartoscuro

A partir de la reutilización del “cascajo”, producto de excavaciones o demoliciones, así como de desechos orgánicos producidos en la Ciudad de México, será posible construir suelos artificiales como una alternativa para solucionar parcialmente el problema de la disposición de residuos, mantener el crecimiento vegetal, funcionar como almacén de carbono, filtrar agua de lluvia, así como restaurar suelos contaminados, informó la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación (Seciti) de la Ciudad de México.

Señaló por medio de un comunicado que el proyecto “Construcción de suelos artificiales a partir de la reutilización de residuos generados por la Ciudad de México como una alternativa urbana sostenible”, que apoya la Seciti con dos millones 788 mil pesos, y que desarrolla el Instituto de Geología de la UNAM, aportará conocimiento científico y tecnológico, pero también permitirá la recuperación de funciones ecosistémicas de los suelos, las cuales se han perdido con el sellamiento del mismo.


“En la Ciudad de México hay diversos tipos de residuos de carácter mineral, como las seis mil 500 toneladas diarias de residuos, producto de excavaciones y demoliciones, así como dos mil 400 toneladas diarias de residuos orgánicos domiciliarios, a lo que se añade el volumen desconocido de otros residuos orgánicos derivados de procesos industriales, que pueden servir como materia prima para la construcción de suelos artificiales”, así lo aseguró el Bruno Manuel Chávez Vergara, investigador del Instituto de Geología, responsable técnico del proyecto.

Estos estudios servirán como base para la construcción de una alternativa urbana sostenible a la disposición de los materiales residuales, el mejoramiento de las áreas verdes y sitios en abandono.


De acuerdo con el especialista, con los resultados del proyecto, será posible tener áreas verdes, sin detener la extracción de suelo de zonas de conservación con fines de sustrato, la producción de productos de autoconsumo (huertos urbanos) y como sustrato para la construcción de azoteas verdes.

Explicó que actualmente el desarrollo del proyecto se encuentra en fase de invernadero a pequeña escala, en donde se trabaja con parcelas de 1.50 metros por 1.50 metros, en las cuales se utiliza cascajo y composta compuesta de residuos de jardinería y residuos orgánicos provenientes del Bordo Poniente.