La proliferación de casinos en Culiacán ha generado que cada vez más personas presenten adicción por los juegos de azar y las apuestas, conocida como ludopatía, afirmaron académicos de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS).
Ulises Armenta López, secretario académico de la facultad de Sicología de la UAS, dijo que los individuos afectados por este trastorno patológico obsesivo son incapaces de controlar sus impulsos por jugar y caen en la necesidad de apostar cada vez más.
“Hay muchas personas que visitan casinos, que apuestan, que tienen una actitud ante la vida de decir ahora voy a apostar para ver cuánto gano, pero en realidad es una carrera sin fin”, señaló el funcionario académico.
En este sentido Armenta López puntualizó que las personas afectadas recurren a esta adicción en la que eventualmente “van a perder muchas de sus pertenencias, bienes económicos, inclusive a su pareja y familia”.
Es muy común observar a personas mayores que ya están jubiladas y tienen el tiempo libre para acudir a casinos en donde, además de realizar apuestas, pueden convivir y en su mayoría ingerir bebidas alcohólicas, haciéndolos vulnerables a sufrir ludopatía, comentó.
Asimismo, dijo que algunas de las características que ayudan a identificar a los individuos afectados por este problema son el hurtar dinero y empeñar objetos que no son propios.
También, presentar poco control de sus impulsos, ser explosivos, tener otras conductas adictivas como el beber en exceso, drogarse, fumar, siendo estos algunos de los elementos que pueden llevar a describir a alguien que presenta algún trastorno de ansiedad.
“Las personas que dicen yo controlo, la adicción no me controla a mí, es una trampa mental; es un pensamiento de distorsión cognitiva, una creencia errónea de pensar que se tiene el control o el poder cuando muchas veces es al revés”, aseveró.
Recomendó acudir a centros de autoayuda o a clínicas de internamiento que sean avaladas por las autoridades, así buscar un abordaje siquiátrico debido al desajuste bioquímico que se da, el cual impide a la persona hacerse responsable de manera lúcida.