ATENTADOS EN BARCELONA: DATOS INQUIETANTES

La personalidad de algunos de los participantes es similar con casos anteriores

Javier Oliva Posada
Columnas
Barcelona atentados
Foto: Notimex

Conforme avanzan las investigaciones y las autoridades nacionales de España revelan importantes datos a la opinión pública, la personalidad de algunos de los perpetradores comienza a establecer ciertas similitudes con anteriores casos... pero primero hay que recordar ciertos datos históricos sobre la relación entre producción y tráfico de enervantes, guerrillas, terrorismo, financiamiento y compra de armas: una verdadera mezcla explosiva.

En enero de 2008 se emitió por primera vez la directiva para que personal militar desplegado en Afganistán y bajo responsabilidad de la comandancia multinacional tomara parte en la erradicación de sembradíos de opio en las montañas de ese país.

Desde aquella época, como ahora, Afganistán se ha mantenido como el primer productor y exportador mundial de goma de opio.

La determinación de involucrar a soldados de la alianza internacional en esas tareas se debió a que los resultados que arrojaron trabajos de inteligencia demostraron que una resolución de los mulás —el equivalente a un sacerdote católico de parroquia— había levantado la prohibición de producir goma de opio para que con los ingresos se obtuvieran armas para resistir a la invasión.

No obstante, sigue penado con severidad su consumo para los practicantes del Islam.

A partir de entonces, ciertos grupos políticos, académicos y centros de estudios especializados comenzaron a llamar y calificar con cierta razón a los grupos terroristas asentados en aquel momento en Afganistán como “insurgencia criminal” o “narcoterrorismo”, entre otros calificativos.

Fuera de esa zona no se tenían entonces indicios consistentes de que hubiera relaciones de apoyo económico y lavado de dinero, que iba del tráfico de enervantes a las actividades terroristas; pero con el paso del tiempo esa inicial percepción cambió y con ello toda la estrategia de seguridad internacional y de inteligencia desplegada y aplicada.

Cerebro

En días pasados se dio a conocer que el imán de la mezquita de Ripoll, Abdelbaki Es Satty, quien fuera el orquestador de los atentados en Barcelona y directo responsable de haber envenenado la mente de adolescentes y muy jóvenes adultos que participaron, había sido detenido por autoridades de Ceuta con un cargamento de 121 kilogramos de hachís que pretendía introducir a España.

De hecho había sido ya detenido el 1 de enero de 2011, cuando fue condenado a poco más de cuatro años de prisión. Durante el juicio demostró intentar manipular e inculpar a otros de lo que al final fue su entera y directa responsabilidad.

Liberado en abril de 2014, Es Satty se dedicó a buscar trabajo en España y Bélgica. Murió en la víspera del atentado criminal de Las Ramblas, al tratar de fabricar potentes bombas caseras, junto con otro de sus cómplices.

Así, como resultado de las investigaciones de las autoridades españolas la línea que separa a los responsables de tráfico de enervantes y las organizaciones terroristas, al menos en este caso, vuelve a borrarse en Europa y los países azotados por la violencia endémica de las guerras.

La mejor forma para evitar tan peligroso y complicado entramado radica, por una parte, en la manera en que las autoridades religiosas del Islam asuman un papel activo y decidido para condenar la producción y consumo de cualquier estupefaciente; y, por la otra, en que el intercambio de información entre autoridades de la Unión Europea en un principio sea más ágil y oportuno. Allí está la clave, ya que han surgido públicos reproches entre agencias de seguridad de Bélgica y España de haber subvalorado las capacidades de agitación del hoy multiasesino de Las Ramblas.