Pasados por agua

Los costos de los desastres naturales

Guillermo Fárber
Columnas
Hueconomìa
Foto: David J. Phillip AP

No puede ser. Estos keynesianos nunca aprenden nada. Frédéric Bastiat demostró en 1850 la estupidez de esta forma de pensar explicada por él como La falacia de la ventana rota (Ce qu’on voit et ce qu’on ne voit pas, es decir, Lo que vemos y lo que no vemos) para ilustrar la idea de los costes escondidos, hoy más conocidos como costes de oportunidad.

Bastiat pone el ejemplo de un niño que rompe el cristal de un comercio. Al principio todo el mundo simpatiza con el comerciante, pero pronto empiezan a sugerir que el cristal roto beneficia al cristalero, que comprará pan con ese ingreso, beneficiando al panadero, quien comprará zapatos, beneficiando al zapatero, etcétera. Finalmente, la gente llega a la conclusión de que el niño no es culpable de vandalismo, sino que ha hecho un favor a la sociedad creando beneficio para toda la industria.

La falacia de este argumento consiste en que considera los beneficios del cristal roto, pero ignora los costes escondidos; el comerciante está obligado a comprar una ventana nueva, cuando quizás hubiera preferido comprar pan, beneficiando al panadero. Al final, mirando el conjunto, se ha perdido el valor de un cristal. La conclusión es que “la sociedad pierde el valor de los objetos inútilmente destruidos” y que “la destrucción no es beneficio”.

Construir a pedradas

El razonamiento sencillo y contundente de Bastiat excede a la capacidad de mentes tan deformadas como la de Michael Feroli, economista en jefe de JP Morgan, quien se aventó la puntada de graznar que la inundación de Houston, que causó 160 mil millones de dólares en daños residenciales, comerciales e industriales, ¡es una bendición disfrazada! Y es que exigirá un crecimiento del PIB para reconstruir lo destruido. Habrá que llevarle ofrendas a Neptuno, supongo. ¿O a Tláloc? ¿O a Pariacaca, dios de las lluvias torrenciales en la mitología inca?

Don Michael (PhD en Economía, New York University) dijo: “Como regla general, los huracanes tienden a ser una fuerza depresiva en el corto plazo, pero a mediano plazo son un estímulo para la actividad económica”. De modo que don Michael demuestra tener los merecimientos para ser el próximo jefe de la Fed (donde ya trabajó de 2002 a 2006).

¡Hombre, ya tengo la solución perfecta a todos los problemas económicos de la humanidad! ¿Cómo no le ha ocurrido antes a alguien? Vamos a lanzar bombas nucleares en toda la superficie de la tierra y destruyamos cuanto hoy existe. De este modo garantizamos que en los próximos 100 o mil años todos los seres humanos sobrevivientes (si los hay) lograrán crecimientos económicos enormes.

Siguiendo a don Michael, oj-Aláh el huracán Irma causa una gran devastación en la costa este de Estados Unidos, desde Florida hasta Maine. ¿Te imaginas el gran impulso que eso dará a la actividad económica de EU? Cierto, quizá costará algunos muertitos, pero no importa, son daños colaterales, costos menores de un bien mayor.