El secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, dejó claro que no se permitirá que se lucre políticamente en la reconstrucción de escuelas en Chiapas y Oaxaca, afectados por el terremoto de 8.2 grados del pasado 7 de septiembre.
En ese sentido, dijo en conferencia de prensa que los órganos de fiscalización del Estado y las comunidades escolares vigilarán la aplicación transparente de los recursos destinados.
“En la reconstrucción de escuelas en Chiapas y Oaxaca no habrá espacio para que se lucre políticamente, y a quien lo pretenda le irá muy mal”, advirtió el titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Celebró la determinación de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) de ya no impedir el paso de brigadistas a las escuelas, y comentó que en un caso no pudieron ingresar a una escuela los representantes del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) que levantaban el censo de afectaciones.
Nuño Mayer ratificó que está garantizado el financiamiento para rehabilitar escuelas, que podría alcanzar los dos mil millones de pesos, y aseguró que no se perderá el año escolar en las comunidades afectadas.
Explicó que a través de las aseguradoras se tendrán mil 800 millones de pesos; hay un fondo de 70 millones para reparaciones menores, y unos 200 millones de pesos serían del Fondo de Desastres Naturales (Fonden).
Con el pago directo de las aseguradoras a los constructores, subrayó, se evitará la opacidad, y planteó que las mismas comunidades escolares serán vigilantes de un buen destino de los recursos.
El titular de la SEP comentó que durante el censo, a las escuelas se les ha pintado en las fachadas los números de folio de atención, y consideró que el miércoles todos los inmuebles tendrán ya la marca.
Informó que tres mil 300 voluntarios del Consejo Nacional de Fomento Educativo, Instituto Nacional de Educación para los Adultos y de instituciones estatales colaboraron para levantar los censos de escuelas y viviendas dañadas, y reconoció el apoyo y fortaleza de los habitantes de las localidades dañadas, que pese a la tristeza y afectaciones han colaborado para avanzar en el programa de reconstrucción.