Un Sueldo Problemático

“No se ha percibido un incremento en la demanda económica porque los trabajadores ganan más que el mínimo”. 

Sergio Sarmiento
Columnas
Ilustracio?n
L. Barradas

Si elevar el salario mínimo fuera la forma de aumentar la prosperidad de un país México estaría teniendo un momento de vertiginoso crecimiento. Después de décadas en que estos salarios se fueron reduciendo en términos reales, en el sexenio de Enrique Peña Nieto el mínimo ha tenido un incremento importante: entre el 1 de diciembre de 2012 y la misma fecha de este 2017 se habrá elevado 45%. Esto se compara con un avance de 23% de los salarios promedio registrados por el IMSS.

Quienes han venido promoviendo el aumento en el salario mínimo argumentan que la medida es indispensable por razones de justicia social y para generar una mayor demanda en la economía. Pero no hay indicios de que este incremento haya servido ni para una cosa ni para la otra. Y es lógico. Es muy poca la población en el país que realmente gana salario mínimo. La enorme mayoría de los trabajadores registrados con este sueldo reciben ingresos adicionales de distintas formas. Algunos los obtienen en la forma de propinas; otros son registrados con el mínimo ante el Seguro Social para no pagar una mayor cuota al instituto pero reciben pagos de las empresas por debajo del agua.

No se ha percibido un incremento en la demanda económica porque los trabajadores ganan más que el mínimo y no han recibido por lo tanto ese incremento de 45% que decretó el gobierno en el transcurso de los últimos cinco años. Por la misma razón no ha habido personas que salgan de la pobreza extrema gracias al incremento en los mínimos: si los trabajadores no ganan el salario mínimo subirlo no necesariamente permitirá que alguien tenga un mejor nivel de vida.

Estandarte

Esta situación se mantendrá mientras los sueldos mínimos sean inferiores a los salarios reales. Pero si los mínimos siguen subiendo por arriba de la inflación y de los salarios reales se podrían generar problemas serios. El bajo nivel de desempleo que tiene nuestro país es en parte resultado de que los salarios mínimos no han sido relevantes. Si se volvieran significativos habría que preocuparnos más. La experiencia nos dice que los países con salarios mínimos altos tienen elevadas tasas de desempleo. Quizás un salario mínimo alto beneficia a quienes ya tienen un empleo pero hace más difícil obtenerlo para los demás. Por eso mismo los salarios mínimos altos suelen perjudicar a los más pobres.

En México los políticos impulsan cada vez más el aumento de los salarios mínimos. Hemos visto el importante incremento en el sexenio de Peña Nieto pero otros han encontrado también una veta política rentable al exigir mayores incrementos. Incluso el PAN y la Coparmex se han colocado del lado de los grupos que piensan que los problemas sociales se pueden resolver con aumentos artificiales de sueldo.

Podemos pensar que esta tendencia es producto de la ignorancia económica. Mucha gente no se da cuenta de que un aumento en los salarios mínimos genera desempleo, ni se percata de que una cosa son los ingresos reales de los trabajadores y otra muy distinta el nivel del mínimo. Uno debería suponer, no obstante, que los políticos tendrían un mayor conocimiento y podrían conocer las consecuencias negativas de la manipulación de los mercados.

Aunque lo sepan, sin embargo, no importará. Aumentar el salario mínimo es un popular estandarte político. Y en estos tiempos es más importante conseguir votos que aplicar políticas públicas que beneficien realmente a los que menos tienen.