Baja de impuestos: otra mentira

 Esta nueva propuesta de bajas impositivas tiene sus huellas y estas son las del Deep State.

Guillermo Fárber
Columnas
Ilustracio?n
L. Vargas

En Estados Unidos se propone una enésima “reforma fiscal”. Eso en principio es loable: cualquier baja de impuestos (menos dinero extraído de actividades productivas para financiar actividades improductivas o de plano entorpecedoras) impacta favorablemente a la economía. Solo que esta iniciativa en particular es demasiado mañosa: pregonada como un recorte para favorecer a la clase media, esta sufrida clase media no obtiene de ella ni migajas. Los realmente beneficiados son los muy ricos y los empresarios. Lo cual no está mal en sí mismo, pero por favor no nos digan más mentiras.


El problema es que como el gobierno no está dispuesto (nunca lo está ningún gobierno) a reducir gastos ese dinero no captado generará un hueco adicional que se llenará con mááás deuda: unos 2.2 anglotrillones que, ¿quién crees que eventualmente va a pagar? Por supuesto, esa misma clase media supuestamente “beneficiada” que resulta así doblemente golpeada: hoy con las bajas que no la benefician y en el futuro porque incrementa su carga crediticia nacional.

Mientras tanto el Deep State sigue sacando “dinero” de la nada para repartir entre sus miembros y sirvientes (que no están en la clase media). Nadie sabe la cifra exacta pero se calculan en muchas do- cenas los anglotrillones de dólares que los diversos bancos centrales llevan en este jueguito que se manifiesta en extravagancias como los 450 millones de billetes verdes pagados por un cuadro que algunos expertos atribuyen a Da Vinci (lo que otros expertos rechazan).

Un testimonio

“El tren que nos llevó ayer de Baltimore a Nueva York es el Acela Express y está subsidiado por los contribuyentes de todo el país. El tren va de un extremo a otro de la economía de hoy: va de Washington (el centro de la política) a Nueva York (el centro de las finanzas). Del poder al dinero. Entre estas dos ciudades no hay nada, salvo pobreza y abandono: fábricas que tienen medio siglo sin producir nada, descascaradas casas de obreros que siguen como entonces, bodegas ruinosas, carros en mohecidos, fierros oxidados y de vez en cuando hombres en overoles anaranjados operando máquinas viejas. En ese terreno entre ambas ciudades se desempeñaba el trabajo real y se producían, embarcaban y distribuían cosas de verdad. Hoy ese territorio muestra escasas señales de crecimiento o prosperidad. Es como si una espesa salsa hubiera sido regada en el medio, dejando la carnita solo para los extremos. En el medio no hay más que pocas proteínas y mucha grasa”.

¿Qué ha pasado? “Cada crimen deja un rastro de huellas digitales. Esta nueva propuesta de bajas impositivas tiene sus huellas y estas son las del Deep State, que ordeña cada centavo generado por las actividades productivas y en cambio distribuye a manos llenas, entre sus miembros y servidores, su ‘dinero’ falso (fíat, QE) sacado de la nada a cataratas y con el que pueden, por ejemplo, pagar 450 millones por un cuadro que quizás, solo quizás, es obra de un maestro”.