Nuevo Portavoz

“No es lo mismo un portavoz que un propagandista reiterativo”. 

Sergio Sarmiento
Columnas
Ilustracio?n
L. Barradas

Con el regreso del PRI al gobierno federal ha quedado claro que su discurso cambió, mas no así su genética. Estamos de vuelta en los tiempos de los excesos, las devaluaciones y el endeudamiento excesivo”.

La frase, incluida en una columna de El Universal del 28 de marzo de 2016, no sorprende en un tiempo en que las críticas al PRI y al gobierno de Enrique Peña Nieto se han convertido en una verdadera avalancha en medios de comunicación y redes sociales. Lo que sorprende es que el autor de esta y otras frases igualmente críticas del PRI y Peña Nieto es el senador Javier Lozano, quien el 9 de enero renunció al pan y llamó a su ex dirigente y actual precandidato presidencial, Ricardo Anaya, “pequeño dictador”.

Lozano ha sido un funcionario y legislador inquieto. Fue funcionario en los gobiernos priistas de Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, ocupando la presidencia del Instituto Federal de Telecomunicaciones, y fue también portavoz tanto de la Secretaría de Gobernación como de la campaña de Francisco Labastida. En 2005 renunció al PRI y se unió a la campaña del entonces precandidato del PAN Felipe Calderón, quien al ganar la Presidencia lo nombró secretario de Trabajo. En 2007 se afilió al pan y en 2012 fue electo senador por ese partido.

Se trata de un hombre de muchas habilidades. Es un buen pianista clásico y un melómano reconocido así como un abogado capaz y aguerrido. Habla bien y con gran intensidad. Es un tuitero controvertido y popular pero tiene la mecha corta y cultiva enemigos con una facilidad asombrosa.

Al día siguiente de su renuncia al PAN, José Antonio Meade lo incorporó a su equipo como vicecoordinador de campaña y vocero. El propio Lozano ha dicho que no se afiliará nuevamente al PRI pero ya desde antes había venido apoyando las posiciones del precandidato priista mientras cuestionaba al panista Ricardo Anaya.

Lástima

Lozano no es el mejor portavoz posible. El todavía senador ha tenido discusiones acres, incluso groseras, con otros personajes públicos, como Juan Pardinas, director general del Instituto Mexicano de la Competitividad, quien no ha ocultado su rechazo al PRI y al gobierno ni su creciente cercanía a la coalición Por México al Frente. En redes sociales la decisión de Lozano fue muy cuestionada, aunque hay que reconocer que la mayor parte del público activo en redes sociales es en automático crítica del PRI.

Ya hay otro portavoz en la campaña de Meade: el ex secretario de Educación y actual coordinador de campaña, Aurelio Nuño, y siempre es complicado tener demasiados voceros. Dice Lozano que él mostrará al público “quién es ese abusivo traidor detrás de la máscara de Ricardo Anaya”. Si ese será su papel, atacar a Anaya de manera sistemática, es muy probable que tenga resultados descendentes. No es lo mismo un portavoz que un propagandista reiterativo.

De alguna manera es una lástima. Lozano, a pesar de su explosivo carácter, es un político brillante que puede impulsar mensajes positivos. Puede ayudar a explicar, por ejemplo, por qué es indispensable preservar las reformas estructurales a pesar del desencanto que invade actualmente a la población.

Teneraunportavozcuyopapelseadescalificar a un candidato es un desperdicio. Vamos a tener una campaña muy pobre con un Anaya que limita su discurso político a atacar al PRI corrupto y un portavoz del PRI que se dedica a descalificar al pequeño dictador.