Antioxidantes no son tan benéficos para la salud

Ciertos antioxidantes en presencia de luz pueden actuar como oxidantes.

Redacción
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Antioxidantes
Foto: Ilustración Shutterstock.

México, 14 de Febrero. El uso de antioxidantes se ha popularizado entre la población por sus beneficios a la salud, ya que su función principal es fortalecer a las células para prevenir o retrasar su estrés oxidativo; es decir, su mal funcionamiento o muerte. Esto es importante porque varias enfermedades como las cardiovasculares, Alzheimer, Parkinson y cáncer se han asociado con el estrés oxidativo.

Investigadores del Laboratorio de Alta Tecnología de Xalapa (Latex) de la Universidad Veracruzana (UV), encabezados por Ángel Trigos Landa, encontraron que algunos antioxidantes no solo no cumplían con esa función, por el contrario, favorecían la oxidación al ser sometidos a un proceso de fotosensibilización.

Trigos Landa, director de investigaciones de la UV y miembro de la Academia Mexicana de Ciencias, explica que el estrés oxidativo es causado por el aumento de especies reactivas de oxígeno (ROS). Es por esta razón que la ingesta de antioxidantes es tan popular pues son capaces de atrapar a dichas especies reactivas.

Con la finalidad de averiguar qué antioxidantes pierden esta cualidad y se vuelven pro-oxidantes al entrar en contacto con la luz, lo que el científico y sus colaboradores hicieron en el laboratorio fue crear una prueba o test usando como base la fotoxidación del ergosterol. “Y lo que encontramos fue que antioxidantes como la curcumina, quecetina y resveratrol son capaces de actuar como moléculas fotosensibilizadoras y generar oxígeno singulete”.

El oxígeno singulete es un estado electrónicamente excitado del oxígeno y un agente fuertemente oxidante que se produce cuando, por ejemplo, el vino entra en contacto con la luz porque contiene resveratrol, “por eso el vino tinto no se envasa en botellas transparentes, ya que es sensible a la luz”, precisa el doctor en ciencias químicas.

Una prueba eficaz con ayuda de los hongos

Para crear la prueba fue necesario partir de la química y biotecnología de los hongos, línea de investigación que ha marcado la vida profesional de este científico, que relata que durante las últimas dos décadas se ha dedicado a buscar propiedades medicinales, antifúngicas y otras, de hongos macroscópicos y microscópicos.

Al hacer química de hongos encontró que el ergosterol –metabolito presente en la membrana celular de los hongos y algunos protozoarios (como el parásito causante del mal de Chagas)—, fácilmente se oxida y se transforma en peróxido de ergosterol al ser sometido a una fotooxidación con la ayuda de un colorante. “Al usar un colorante y luz, vimos que podíamos destruir hongos, entonces lo planteamos como una alternativa para combatirlos. Por ello, es posible atacar a los hongos de las uñas de los pies a través de una terapia fotodinámica basada en esta reacción de fotoxidación del ergosterol”, señala.

Con esta misma reacción de fotooxidación del ergosterol y luego de probar con un colorante fotosensibilizador, Ángel Trigos y su equipo empezaron a probar con diferentes antioxidantes y observaron que hay algunos que con la luz producen oxígeno singulete, por tanto, son oxidantes.

Al realizar pruebas a diferentes vinos, de distintos países, uvas y tipos, hallaron que la gran mayoría son fotosensibilizadores débiles: con la luz producen oxígeno singulete y son oxidantes. Así que las personas que toman mucho vino podrían no tener el efecto positivo antioxidante que esperan, sino por el contrario.

Prevención de salud

El investigador apunta que estos nuevos conocimientos están ligados a la prevención, porque al tener conocimiento de que hay antioxidantes que en ciertas condiciones oxidan en lugar de proteger, es algo muy importante de saber. Y ahora lo que busca Trigos Landa es demostrar qué tanto puede afectar el oxígeno singulete a la salud.

Si bien inicialmente su interés versó sobre la química de productos naturales de hongos macroscópicos, poco a poco fue cambiando hacia los hongos microscópicos que poseen componentes bioactivos beneficiosos para la salud y, como era de esperar, se fue familiarizando con el ergosterol, que en primera instancia le permitió proponer una nueva estrategia de combate a los hongos, después un remedio potencial contra el mal de Chagas y la amibiasis, así como entender la necrosis foliar por hongos y bacterias productoras de colorantes fotosesibilizadores capaces de generar oxígeno singulete, una especie reactiva de oxígeno no radicalaria altamente oxidante.

“Con esto hemos entendido que ciertos antioxidantes en presencia de luz pueden actuar como oxidantes y que el colesterol, a diferencia del ergosterol, es resistente a los radicales libres (moléculas altamente reactivas), pero no al oxígeno singulete. Este dato puede desencadenar nuevas medidas para evitar problemas de salud relacionados con enfermedades crónico-degenerativas como diabetes, Alzheimer, ateroesclerosis, entre otras”, sostiene el científico.