Ciudad de México, 19 de febrero. El candidato electo a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México (CDMX) por la coalición que integran PRI, PVEM y Panal, Mikel Arriola Peñalosa, ha sido un ferviente servidor público en instituciones de relevancia como el Seguro Social (IMSS) y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), pero hoy va por el cargo de mayor importancia en su carrera administrativa al buscar gobernar la ciudad que lo vio nacer en 1975.
Originario de la capital del país, Arriola Peñalosa es licenciado en Derecho, maestro en Políticas Públicas y Administración Pública, así como maestro en Derecho, a la vez que ha desarrollado su trayectoria profesional dentro del sector privado y público.
Representatividad
—¿Quién es Mikel Arriola, el ser humano, y por qué quiere gobernar la CDMX?
—Un chilango de 42 años con toda su vida desarrollada aquí, en la Ciudad de México, con una familia de tres —mi esposa, mi hijo Santi y yo—, con la ilusión de poder administrar la Ciudad de México para que mejoren todos los servicios. Soy un funcionario público ya con 16 años de experiencia en la administración pública. Tuve la oportunidad en la Cofepris de bajar los precios de las medicinas en 80% y con ello ahorrar más o menos 20 mil millones de pesos, y también establecí luego el rescate financiero del IMSS: yo lo que sé hacer es modificar instituciones para bien. Soy un hombre de servicio. Y en este sentido creo que mi diagnóstico de la ciudad es acertado y el problema es el gobierno: lo que hay que hacer es administrar bien al gobierno y sacar a la ciudad adelante.
De sus hábitos personales expone: “Disciplina, deporte, familia y mucho trabajo. Hemos trabajado más que nunca estos dos meses en toda la ciudad para recoger el sentir de las personas”.
Visión de ciudad
—¿Cuál sería la diferencia entre la izquierda que ha gobernado la Ciudad de México desde 1997 y el proyecto que usted promueve en caso de ganar la administración capitalina?
—Primero que nada sugiero desmontar las estructuras clientelares. Que la gente no llegue al gobierno a hacerse de los puestos y de los recursos para condicionar los apoyos a cambio de votos. Tenemos que darle la vuelta al gobierno: necesitamos un gobierno que administre: necesitamos un gobierno que garantice la seguridad de las personas, que es lo que más se ha deteriorado. Que invierta en infraestructura. Cada vez estamos más cerca del abismo: la gente que no tiene agua, por ejemplo, está pagando 500% más que los demás. Necesitamos infraestructura, mucha más conectividad y mucha más seguridad en la ciudad.
—En su consideración ¿qué se ha dejado de hacer administrativamente en la capital del país?
—Se ha dejado de administrar correctamente el gobierno de la ciudad. El gobierno lo que tiene que hacer primero es tener una policía honesta y un Ministerio Público eficiente para que los delitos no sean un problema. Segundo, prestar buenos servicios, invertir en infraestructura para agua potable, lo cual no ha pasado. También invertir en movilidad, que no ha pasado, por lo que cada vez no movemos más lento en esta ciudad. Igualmente, invertir en servicios públicos, lo que no ha pasado; combatir la corrupción: tampoco ha pasado. No son cosas tan difíciles: es simplemente que la autoridad aplique la ley y el Estado de Derecho.
Cambios
—¿Qué escenarios de política pública en materia metropolitana se requieren, considerando que la CDMX ofrece servicios a millones de habitantes y visitantes todos los días?
—No puedo hacer propuestas concretas (por la ley electoral) pero me imagino un cuerpo metropolitano que tenga verdaderas facultades de gestión en materia de seguridad, en materia de agua y en materia de movilidad. Necesitaríamos una estructura que compartiera facultades y recursos para resolver y encauzar estos problemas que son metropolitanos, de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM).
Y añade. “Si resolvemos, por ejemplo, el problema de movilidad en la Ciudad de México, pero no resolvemos el de Ecatepec, será muy difícil que la metrópoli pueda cambiar. Entonces, sin duda: se requiere mayor infraestructura metropolitana y una autoridad metropolitana, con representación de las entidades que integran la ZMVM, para eficientar la gestión. Este no es tanto un tema de recursos como de gestión eficiente.
—El 19 de septiembre nos volvió a sorprender la naturaleza. Sin duda en este aspecto de la prevención existen muchos pendientes. ¿Cómo ve a la ciudad en esta materia, sobre todo la respuesta a un asunto que llevará años con los damnificados del sismo de septiembre pasado?
—Viví el sismo de 1985. Se avanzó mucho en protección civil para efectos de protocolos: de qué hacer en caso de sismos. Y en ese momento la ciudad reaccionó muy bien. El pasado 19 de septiembre, hay que reconocerlo, se vieron los avances, pero nos dimos cuenta también de que seguimos con muchas deficiencias en cuanto a qué hacer después de los sismos, sobre todo tener un buen protocolo para la evaluación de daños. Afortunadamente el sector salud federal (lo vi desde dentro del Seguro Social) abrió sus puertas.
Pero faltan principalmente, dice, “tres cosas: capacidad para hacer evaluaciones prontas de daños; capacidad para tomar decisiones rápidas respecto de esos propios daños, en cuestiones de demolición y reparación, por ejemplo; y una capacidad también de gestión de la propia ciudad para conseguir los recursos a fin de recuperar rápido los daños a inmuebles”.
Y agrega sobre el tema: “Hoy estamos empantanados en burocracia: es un problema al que no se le ve una solución inmediata. Es un mal indicador. Entonces, sí: tendremos que construir un protocolo de nueva gestión para reaccionar ante las pérdidas materiales de las personas”.
Eje
—Candidato: ¿por qué considera que se debe reagendar el tema de los matrimonios del mismo sexo en la capital del país?
—Mira, yo dije dos cosas: primero, que en lo personal no estoy de acuerdo con la adopción por parte de parejas homoparentales; y, segundo, que en lo personal no estoy de acuerdo con la legalización de la marihuana.
Sin embargo, puntualiza, “el tema subyacente es que la sociedad tiene derecho a convocar a una consulta o a participar en una consulta respecto de los temas que dividen. No estamos hablando de atropellar ningún derecho ni estamos hablando de lesionar algún derecho adquirido de nadie. Es muy claro eso. Pero la posición del candidato la debe conocer el electorado, aun cuando sea una posición personal”.
—El PRI no gobierna la CDMX desde 1997. ¿Esto le quita el sueño hacia la próxima elección del 1 de julio?
—Me ilusiona mucho, por el contrario, porque esa es la encuesta más importante: que tenemos que ganar tanto aquí en la Ciudad de México como en la República toda para disipar esta amenaza clientelar y autoritaria que representa la izquierda.
—¿Qué ciudad quiere ver Mikel Arriola, cuál es su ciudad ideal a futuro?
—Quiero ver una ciudad equitativa, limpia, segura… pero sobre todo que ponga como eje de todas sus acciones, como eje de gobierno, a la familia.