Gobierno y sociedad: diseñar libertades democráticas

Un estudio del CESOP analiza la importancia de la participación ciudadana

Norberto Vázquez
Política
Participación ciudadana
Foto: Cuarto Oscuro.

Ciudad de México, 10 de abril. Mientras el Estado mexicano históricamente ha definido el modelo de desarrollo y de democracia participativa del país, poco o nada se sabe del sentir de la sociedad sobre cuál debe ser su forma de involucrarse en la resolución de los problemas sociales que enfrentamos o si de plano es apática para tomar parte activa en la construcción de sus libertades políticas, culturales, sociales y económicas.

En este sentido el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP) de la Cámara de Diputados recién divulga el informe intitulado Seguridad y participación ciudadana, cuyos indicadores determinan que 78% de los encuestados está de acuerdo con que los problemas sociales deben ser resueltos con la participación de la sociedad y el gobierno. Y solo uno de cada cuatro (25%) está de acuerdo con que la sociedad debe resolver los problemas sin la necesidad de recurrir a las autoridades.


En este sentido más de la mitad de los entrevistados (56%) considera que los problemas de la sociedad deben ser resueltos por el gobierno.

Según el CESOP estos tres temas en su conjunto muestran que existe una opinión mayoritaria en cuanto a que el gobierno tiene un papel fundamental en la resolución de problemas sociales.


Al mismo tiempo, indica el organismo de la cámara baja, como han expuesto otros estudios (Latinobarómetro 2017 o Pew Research Center 2017), los resultados muestran que existe poca satisfacción con la democracia en el país: dos de cada tres (66%) entrevistados consideran que hay poca o nula democracia en México, mientras que 28% opina que hay algo o total democracia en la nación.

En el mismo sentido existe un alto nivel de pesimismo respecto de si es posible eliminar la corrupción en México: 8% considera que es muy posible acabar con la corrupción, 20% que es algo posible, 33% opina que es poco posible y 37% señala que simplemente no es posible acabar con ella.

Además, dos de cada tres (65%) ciudadanos entrevistados consideran que es difícil organizarse con otras personas para trabajar en una causa en común.

Incluso se pidió a los entrevistados mencionar los tres problemas que más les preocupan. Al respecto, 52% refirió problemas relacionados con la economía (pobreza, desempleo y aumento de precios) y 29% problemas relacionados con seguridad (narcotráfico, inseguridad pública y falta de castigo para los delincuentes).

Y un dato revelador: votar es el mecanismo más popular de participación política, ya que 86% señala que suele votar en las elecciones de presidente de la República y 78% participa en los comicios para elegir diputaciones federales.

Pese a que estos porcentajes son superiores a los observados en la participación electoral, debido al denominado sesgo de deseabilidad social en que las personas consideran que es poco aceptado decir que no salen a votar, se muestra que sufragar es más común que otras formas de participación política.

El informe expone que una de cada cuatro personas (25%) ha asistido a marchas o protestas no relacionadas con partidos políticos o elecciones y 32% se ha organizado con otras personas para resolver un problema que les afecte.

Pero la realidad es que, según el CESOP, muy pocas veces la sociedad se organiza.

Participación

No obstante, expertos y presidentes de organismos nacionales e internacionales aseveran que es fundamental la participación ciudadana en México como objetivo central para que se cambien diversos aspectos que afectan las libertades de los ciudadanos, sobre todo en estos momentos de dinámica electoral.

Edna Jaimes, fundadora y directora general de México Evalúa, alerta por ejemplo sobre la poca participación ciudadana en aspectos democráticos y sociales. “Estamos en un equilibrio triste: medio que hacemos, medio que crecemos y medio que avanzamos”.

Sin embargo, añade, el mero hecho de “cambiar de partido en el gobierno no generará un cambio y tal vez tampoco suceda en la próxima elección si como sociedad no concebimos nada. ¿Qué podemos hacer para salir de ese equilibrio triste?”

Indica que actualmente el colectivo social no cree en la democracia, no solo en México sino en el mundo entero. “En México el ganador (de las elecciones federales) lo hará con 30% de las preferencias y los jóvenes pueden definir su triunfo. En cualquier sentido esto generará mucha responsabilidad por parte ellos, por lo que espero haya mucho criterio a la hora de votar, teniendo presente cuál es la oferta de los candidatos, la trayectoria de los candidatos y sus partidos, además de su oferta política acorde a los retos que enfrenta el país”.

Gustavo de Hoyos, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), mediante el Manifiesto MX dice a su vez que “en una verdadera democracia la mejor manera de gobernar a un país no es acatando la voluntad de una sola persona o partido político sino de toda la sociedad, respetando ante todo el Estado democrático de Derecho”.

Y hace un llamado a la ciudadanía: “La política es un asunto de todos nosotros y no solo de los políticos profesionales. Como es tuya, como es nuestra, los ciudadanos tenemos la obligación de atender esta cita histórica con la convicción de que, juntos, podemos seguir construyendo el México que queremos”.

De Hoyos expresa que los desafíos de México demandan “líderes íntegros, competentes y con visión, que asuman el compromiso de construir junto a la sociedad civil organizada un México justo, próspero, incluyente y democrático”.

José Ángel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), expone las nuevas asignaturas pendientes que son lo que hoy le quita el sueño a los ciudadanos: “Para México será fundamental que el nuevo gobierno se apoye en nuevas reformas. Será crucial lanzar una segunda ola de reformas complementarias en otras áreas clave, como el fortalecimiento institucional y del Estado de Derecho; la consolidación de la integración, la calidad y la capacidad de los gobiernos estatales y municipales; la puesta en práctica del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA) en todo el país, el funcionamiento más expedito y transparente del sistema judicial y el combate a la inseguridad”.

Agrega Gurría: “Y es que México sigue enfrentando grandes rezagos y desafíos que demandan cambios urgentes en nuestras políticas, en nuestras leyes y regulaciones, en nuestras instituciones. Nos urge mejorar la capacidad, eficiencia y confiabilidad de nuestro gobierno a todos los niveles”.

Determina que “también será necesario adoptar un enfoque integral, multidisciplinario, interministerial y de los distintos niveles de gobierno para reducir la informalidad, incrementar los beneficios de la formalidad, reducir los costos de la formalización y estimular y fortalecer el cumplimiento de las responsabilidades fiscales de las empresas y de los ciudadanos”.

Para el CESOP y los expertos queda claro que la participación social será parte fundamental de los cambios que debe enfrentar el país hacia el futuro y no dejar solo que los gobiernos en turno determinen las libertades de los ciudadanos mediante sus modelos democráticos. Para ellos, la sociedad civil debe ser más participativa para construir sus libertades políticas, culturales y sociales.