Automedicación problema de farmacovigilancia

Frenar la automedicación y limitar acceso a medicamentos sin receta.

Redacción
Todo menos politica
Automedicación
Foto: NTX

México, 10 Abr (Notimex).- El no contar con un seguimiento sobre los posibles efectos adversos que presenta un medicamento en los pacientes, puede significar un problema serio de salud pública, consideró el jefe de Investigación y Capacitación en Servicios de Salud de Morelos, David Javier Xibille Friesmann.

La automedicación, la intercambiabilidad -que se refiere al no usar el mismo producto continuamente- y la sustitución -que es optar por una versión más barata o accesible en vez de la indicada por el médico-, son los principales obstáculos que enfrentan las autoridades para realizar una acertada farmacovigilancia.

El realizar cualquiera de estas tres prácticas como paciente puede complicar un padecimiento, generar efectos secundarios o hasta generar un diagnostico erróneo, dijo el doctor Xibille Friesmann.

Al respecto, el especialista destacó la importancia de la labor de farmacovigilancia, la cual es un proceso que da seguimiento a los fármacos y a los suplementos alimenticios, observando los posibles eventos adversos que puedan enfrentar, con el fin de ofrecer seguridad en su aplicación y consumo, así como eficacia en el tratamiento.

Para lograr tal fin, la mayoría de las industrias farmacéuticas cuentan con una área que se dedica a esta dinámica; sin embargo, se requiere de mayor cooperación por parte de las instituciones gubernamentales, explicó.

Las autoridades, indicó el experto, deben buscar frenar la automedicación limitando la accesibilidad a medicamentos sin receta, así como la intercambiabilidad de los mismos, práctica que se presenta en hospitales públicos.

Se debe pugnar por un cuadro básico de medicamentos que sea consistente y que no tenga un abasto muy diferente comparado con el tipo de sustancias comerciales.

“La regulación sanitaria debe estar encaminada a evitar la automedicación y es algo que sólo el gobierno puede evitar, como lo hicieron en el caso de los antibióticos, donde el paciente debe estar consciente que si un doctor receta una cosa, eso es lo que se esta recomendado, no una sustancia que se puede encontrar a un menor costo o más accesible.

“Las instituciones de salud deben optar por un cuadro básico que sea consistente y que no tenga un abasto muy diferente en cuanto al tipo de fármaco que se esta comprando”, remarcó Xibille Friesmann.

Para que un medicamento se apruebe, dijo, debe pasar por tres exámenes que descarten la existencia de algún efecto secundario. La primera prueba es en animales para observar si es tolerable en organismos vivos, después se administra a un grupo de personas que estén sanas, y por último en individuos enfermos del padecimiento a tratar.

Una vez que la empresa pasa estas pruebas llevan la evidencia ante la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), donde se presentan los resultados, se discuten ante representantes de la industria y se decide si se aprueba o no. El comité suele incluir expertos farmacólogos, bioquímicos, médicos, e incluso pacientes con la enfermedad a tratar.?

Explicó que en el caso de los medicamentos similares, biocomparables o genéricos, éstos no suelen ser sometidos a este tipo de evidencia, ya que si el original es aprobado, sólo se solicita que el producto compruebe que contiene el mismo principio activo que el original.

La vigilancia después de la creación del producto comienza desde que el médico recomienda o receta un medicamento y sigue la reacción que el paciente tiene. En caso que se presente un efecto adverso o si se detectan resultados positivos, el especialista, a través de una plataforma dela Cofepris, genera un reporte.

En caso que tenga efectos adversos, las autoridades contactan a la industria y solicitan que limite la venta del fármaco, que lo saque del mercado o emiten una recomendación para que el proceso de control de calidad del producto mejore, y de esa manera el paciente no sufra ningún riesgo.

Precisó que existen registros de sociedades e instituciones médicas, como el que ofrece el Colegio Mexicano de Reumatología, donde múltiples doctores reportan eventos adversos relacionados con diferentes medicamentos, y en el caso de está institución, se trata de medicamentos biológicos que se usan para problemas reumatológicos.

El especialista dijo que “estos registros y la farmacovigilancia ayudan a tomar decisiones que sea más seguras y efectivas para nuestros pacientes”.