Los tatuajes permanentes se pueden eliminar

Las técnicas varían dependiendo de donde se localiza y del tamaño. 

Redacción
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Tatuajes
Foto: Cortesía CEDAE

México, 25 de Junio. Los tatuajes son pigmentación de la piel, ya sea de forma accidental o voluntaria, que se producen a partir de la inyección de tintas que se conocen como insolubles y otras sustancias que se colocan en la capa media de la piel (dermis).

Un tatuaje se considera permanente cuando alcanza una profundidad en la dermis y sobre todo si utilizan tintas que son insolubles. El proceso se lleva a cabo cuando el pigmento insoluble se introduce en la piel con un objeto punzante con el que se realiza el tatuaje por lo que el pigmento se impregna en la dermis y ya no se desprende.

“Existe una variedad de tatuajes a los que llamamos accidentales, por ejemplo, el carbón en los mineros; otros que usamos en el consultorio para que los pacientes no sangren, como cloruro férrico, por las amalgamas que también pigmentan en la mucosa de la boca”, explicó la Dra. Jatziri Chávez, directora general de Centro Dermatológico de Alta Especialidad (CEDAE).

Los tatuajes pueden presentar complicaciones, tales como: dermatitis de contacto; alergias; fotosensibilización, sobre todo a tatuajes con tintas amarillas y rojas; reacción liquenoide, que es la salida de placas rojas en el cuerpo; aparición de cicatrices queloide; sarcoidosis, etc.

Por ello, “es importante que las personas que se realizan un tatuaje lo hagan en lugares establecidos, con tatuadores certificados que cumplan con la regulación sanitaria requerida. En la mayoría de los casos no es necesario acudir al dermatólogo, sin embargo si presenta una reacción de inflamación importante, dolor, salida de pus, ampollas, hinchazón de labios o de ojos se debe acudir de inmediato al dermatólogo”, destacó la Dra. Jatziri Chávez.

Un tatuaje puede o no eliminarse dependiendo de diversos factores, entre ellos: la profundidad a la que se realizó el tatuaje; el instrumento con el que se realizó; la calidad de las tintas que se utilizaron; así como las micropartículas de pigmento, su tamaño, composición y profundidad. De dichos factores dependerá la eliminación de un tatuaje y la complejidad para retirarlo.

“En CEDAE contamos con tecnología de punta para tratar los tatuajes. Un láser, Q switch –ndya,gel cual rompe el pigmento de forma progresiva, por lo que es necesario realizar una sesión cada tres o cuatro semanas. El número de sesiones dependerá del tamaño y la cantidad de pigmento. Es necesaria la valoración del dermatólogo para determinar el número de sesiones que se tendrán que realizar y es importante resaltar que se obtienen mejores resultados sobre tintas oscuras”, comentó la doctora.

Las técnicas para remover un tatuaje varían dependiendo de donde se localiza y del tamaño. Una alternativa al láser es utilizar químicos, de modo que los cristales del químico realizan un abrasión mecánica del tatuaje; otra de las técnicas para eliminar es la dermoabrasión, que consiste en la destrucción del tejido por medio de un dermoabrador mecánico, el cual elimina la piel junto con el pigmento.

“Después de la aplicación del los tratamientos para remover tatuajes la piel puede presentar hinchazón, rojez y hasta una costra. Los cuidados durante el tratamiento son muy sencillos, el paciente debe permitir que la costra se desprenda sola; realizar el lavado diario de la herida con cuidado y colocar cremas regeneradoras; y tomar analgésico durante dos o tres días”, concluyó la dermatóloga.