Libertad Bajo Palabra con Armand Peschard

“Libertad es no estar sujeto a las indicaciones que impone la criminalidad en la vida de uno”.

Arturo Moncada
Todo menos politica
Arturo Peschard
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Armand Peschard es un reconocido economista e internacionalista cuyo enfoque sobre temas políticos, financieros, seguridad, comercio e inversión le han otorgado gran reputación como un destacado experto sobre la relación entre México y Estados Unidos.

Con residencia en Washington, actualmente Peschard es presidente y director general de Peschard Sverdrup, empresa que fundó en 2004 y ofrece servicios de consultoría internacional a compañías Fortune 500, empresas pequeñas y medianas, gobiernos, organizaciones internacionales, centros de investigación y universidades.

—¿Para usted qué es la libertad?

—Pienso, por un lado, que la libertad es la capacidad de tomar decisiones que puedan definir la vida de cada quien sin que esté sobrerregulada por el Estado; y, por otro, que la libertad es no estar sujeto a las indicaciones que impone la criminalidad en la vida de uno, como ocurre, por ejemplo, en México.

Muchos economistas y politólogos indican que las libertades que se valoran en una sociedad libre son libertad económica, política y civil. No obstante indican que la libertad económica ocupa un lugar singular ya que no es solo un fin en sí mismo sino que sustenta las demás libertades. Cuando la elección personal, el intercambio voluntario y la protección de la propiedad privada no están asegurados es difícil imaginar cómo se pueden ejercer de modo significativo la libertad política o las libertades civiles.

—En su experiencia, ¿cómo beneficia a la oportunidad y a la prosperidad esta libertad económica?

—Creo en el modelo neoliberal pero considero que sin duda es necesario tener un marco regulatorio, que no sobrerregulatorio, para uniformar al sector privado y que no existan ciertos abusos. Se requieren además políticas públicas que puedan garantizar un crecimiento integral que beneficie a todos y no solo a algunos. El modelo funciona pero por sí solo crea inequidades que acaban poniendo presión sobre el modelo mismo. Un ejemplo de ello es parte de lo que se vive en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN): aunque ha generado crecimiento en los tres países integrantes, Estados Unidos, Canadá y México, este modelo no ha sido lo suficientemente incluyente para beneficio de un mayor número de ciudadanos en las tres naciones. Lo que hemos observado es que los tres gobiernos han fallado en el diseño de la política pública para tratar de asegurar que el crecimiento que brinda el TLCAN conlleve beneficios mucho más equitativos e incluyentes.

Añade que “el modelo económico neoliberal, al final del día, requiere innovación e inversión, y para eso tienen que haber ciertas ganancias para que la gente esté motivada para poder participar en esta economía. Pero el gobierno también debe asegurarse de que sea de manera mucho más incluyente”.

Obstáculos

—¿Qué afecta o cuáles son los peligros para esta libertad económica?

—Lo que hemos visto en América Latina y en otros países del mundo es que no solo hay que preocuparse por la equidad: la equidad y libertades como la económica han sido víctimas de los altos niveles de corrupción que al final acaban matando esa libertad. Porque la corrupción termina favoreciendo y beneficiando a quienes están dispuestos a sesgar los beneficios económicos para unos y acaba eliminando un campo de juego nivelado. En muchos países he observado que cuentan con una economía formal pero también con una economía informal y, lamentablemente, al vincularse esto con el tema de la corrupción las economías informales acaban ganando espacio y quitando mercado a la economía formal, que es la que en realidad contribuye al fisco.

En general, puntualiza Peschard, “la economía informal no contribuye al fisco y sí al enriquecimiento ilícito de algunos, lo cual impacta en la economía y en la capacidad de la gente para beneficiarse. Estas son variables que se observan en México, Guatemala, Perú, Brasil, etcétera. Por ende, la libertad de la economía requiere no nada más de un modelo incluyente sino también de una certidumbre jurídica que pueda mantener un equilibrio entre lo que es la economía formal y la economía informal”.

—En su definición de libertad refiere que la criminalidad coarta este derecho. ¿Cómo influye esta criminalidad en el clima de autonomía para un ciudadano?

—El ámbito de libertad cruza todas las vertientes de la vida cotidiana de una persona y no se puede perder de vista la importancia de la libertad desde el punto de la seguridad pública. Uno no debería vivir bajo el temor de ser asaltado ni de ser víctima de actos de criminalidad. Para mí contar con esta libertad es esencial. Si se analiza el impacto que tiene en los flujos migratorios globales en gran parte esa raíz de que no se cuenta con una libertad económica ni una libertad en cuanto a seguridad pública, de poder vivir en paz, se entiende por qué estos inmigrantes tratan de escapar de lo que es vivir bajo temor. En América observamos este ejemplo especialmente en los flujos migratorios de El Salvador, Honduras, Guatemala y, hasta cierto grado, la migración de México a Estados Unidos. Es algo que los gobiernos deben atender con urgencia.

Nacido en la Ciudad de México, Armand Peschard-Sverdrup es un reconocido experto sobre asuntos internacionales y negocios globales con más de 20 años de experiencia como consultor internacional, analista e investigador. Durante más de 13 años ha sido investigador en el prestigioso Center for Strategic & International Studies (CSIS). Su enfoque sobre asuntos políticos, económicos, seguridad, comercio e inversión, al igual que una variedad de temas de la relación México-Estados Unidos le han concedido una gran reputación. Ha prestado servicios de asesor a destacados políticos como el presidente Enrique Peña Nieto; la ex candidata demócrata a la Presidencia norteamericana, Hillary Clinton; el ex presidente español Felipe González; el ex primer ministro canadiense Stephen Harper, y el ex asesor de la Casa Blanca para Seguridad Interior, Tom Ridge, entre otros.