“Rosario, no te preocupes. Hay que aguantar, porque han empezado las críticas, han empezado las descalificaciones de aquellos a quienes ocupa y preocupa la política y las elecciones”.
Estas palabras las dirigió públicamente el presidente Enrique Peña Nieto a Rosario Robles, en ese entonces secretaria de Desarrollo Social. Era el 19 de abril de 2013 y en Chiapas se estaba lanzando la Cruzada Nacional Contra el Hambre. Un invitado de lujo en esa reunión era el ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, quien había alcanzado gran éxito con su programa Hambre Cero, inspirado en los programas sociales de nuestro país.
El presidente Peña Nieto subrayó en su presentación: “Que sigan aquellos criticando las acciones porque a otros los ocupan las elecciones; a nosotros nos ocupa y nos compromete acabar con el hambre de México”.
Estas palabras de apoyo a Robles venían a colación por el descubrimiento de un esquema para utilizar programas sociales del gobierno a fin de comprar apoyos electorales en Veracruz. La funcionaria negó haber tenido conocimiento de las acciones de sus subordinados. No sería la última vez que dijera que no se enteró de las faltas de quienes trabajaban para ella.
Una investigación de la Auditoría Superior de la Federación ha señalado ahora que funcionarios de Sedesol y de Sedatu, las dos secretarías que ha encabezado Rosario, entregaron 700 millones de pesos en efectivo a empresas fantasma. Robles argumenta que no hay pruebas que la involucren a ella en estos desvíos pero no ha negado que las entregas de costales de dinero se hayan llevado a cabo. Dice la secretaria que ha sido difamada por los medios de comunicación, que su nombre no figura en ninguna de las investigaciones, pero “es el que aparece porque es el que vende”.
La situación se ha complicado mucho para esta mujer que fue jefa de Gobierno de la Ciudad de México en sustitución de Cuauhtémoc Cárdenas y presidenta del PRD, antes de entrar en conflicto con los dirigentes del partido, y del resto de la izquierda, para posteriormente reaparecer como miembro del gabinete de Peña Nieto. Los líderes de las bancadas de Morena en el Congreso exigen que comparezca a explicar las irregularidades y anuncian una comisión para investigarla.
Motivos
Hay buenas razones para pensar que la función de Robles en el gobierno priista ha sido de carácter político. En el PRD había sido reconocida precisamente como una eficaz operadora que no se detenía ante nada para conseguir sus objetivos. No sorprende que haya aparecido en escándalos de presunto uso de recursos públicos para propósitos electorales. Si bien es verdad que hasta ahora no se han presentado acusaciones dirigidas directamente a su persona sus ex colegas en la izquierda harán todo lo posible no solo por cuestionarla y denunciarla sino incluso por humillarla.
Robles afirma que todo el dinero de los programas sociales se entregó a los beneficiarios. Es una defensa, curiosamente, muy similar a la de Morena cuando afirma que los recursos de su fideicomiso Por los demás fueron entregados a damnificados, aunque hayan sido pagados primero a miembros del partido. No se entiende, sin embargo, por qué Sedesol y Sedatu entregarían 700 millones de pesos en efectivo a empresas que no existen si querían cumplir el propósito de entregar los recursos a los beneficiarios legales.
Quizá Rosario sí tiene razones para preocuparse. Sus ex compañeros de la izquierda quieren atacarla pero ella misma ha dado buenos motivos para hacerlo.