EL DESFILE DEL 16 DE SEPTIEMBRE

Garantizar la paz pública y la plena vigencia del Estado de Derecho.

Javier Oliva Posada
Columnas
Desfile
Cuartoscuro

Desde niño he tenido la oportunidad de asistir a un evento que por mucho es señalado como el más popular de la agenda cívico militar de México. Los cambios a lo largo de la historia de nuestro país se observan en el número, composición, misiones, armas e implemento de trabajo de las agrupaciones que año con año se dan cita en el Zócalo de la Ciudad de México para transcurrir, en medio de la algarabía, hasta el Campo Marte.

La labor cívica que realiza el desfile del 16 de septiembre la observamos, por ejemplo, cuando vemos que tanto la Secretaría de la Defensa Nacional como la de la Marina Armada de México cuentan con los recursos tecnológicos para fabricar aviones no tripulados y otros artefactos voladores, mejor conocidos como “drones” (abejorro, en inglés).

También es interesante observar que los desfiles, de unos años a la fecha, tienen un carácter temático como es, por ejemplo, las labores de apoyo a la población en situación de desastre —el famoso y reconocido plan DN-III-E—, así como la serie de actividades encaminadas a garantizar la seguridad interior, como fue el caso del desfile pasado.

Es de destacar el nutrido contingente de la Policía Militar que ante la grave situación en materia de seguridad pública ha recibido una particular atención por parte del general secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda. Se observó el paso de varias brigadas, lo que evidencia, por otra parte, el retraso de las autoridades civiles para hacerse cargo en definitiva de una de sus responsabilidades básicas: garantizar la paz pública y la plena vigencia del Estado de Derecho.

Cuando se tiene la oportunidad de observar con detalle el transcurso del desfile del 16 de septiembre la certeza del compromiso, lealtad y vocación de servicio de quienes han hecho de las armas una profesión resulta evidente.

Formación militar

El despliegue de tecnología de diversas aplicaciones también es resultado del sistema escolar militar. Sea desde las academias más prestigiosas —como son el Heroico Colegio Militar, la Heroica Escuela Naval Militar y el Colegio del Aire, pasando por las escuelas militares y navales de especialidades que van de las Transmisiones a la Médico Militar, pasando por la Militar de Enfermería—, la población puede enterarse además de las opciones que tienen los jóvenes para ingresar al conjunto de las Fuerzas Armadas. Los contingentes de los planteles educativos generan a su paso una fuerte atracción como un estilo de vida leal y honrado.

Un aspecto que resulta importante es la gran concurrencia de cientos de familias que asisten a ver el desfile. Esto es una muestra visible y palpable del aprecio, identidad y simpatía que tienen las Fuerzas Armadas entre la población.

Algo que el próximo gobierno, sin duda, debe registrar al momento de tomar decisiones en materia de defensa y seguridad. Esperemos que así sea.