LEHMAN RECARGADO

No basta con pronosticar lluvia: lo que cuenta es si ya construiste el arca.

Guillermo Fárber
Columnas
Ilustracio?n

El último sábado 15 se cumplieron diez años del estallido de la firma Lehman Brothers, lo que marcó oficialmente el inicio de la crisis de 2008. A propósito de ese tsunami, y sobre todo del diluvio que viene, me dice el paisano Manuel, siempre certero:

“Al décimo aniversario del inicio de la crisis vale la pena recordar a los actores. Los bancos, mortgage brokers, las agencias calificadoras que le dieron el rating AAA a CDOs que no la merecían, pero sobre todo los políticos de EU que deseaban que la población fuese dueña de sus propias casas (american dream) y querían elevar ese métrico de 64 a 69% (home ownership). El público inversor pierde la compostura cuando ve a otros ‘ganar’ y uno se queda fuera de la fiesta. Y contribuye a la burbuja. Los subprime eran solo 5% de los créditos totales e hicieron un daño enorme. Ahora viene lo bueno, amigo: hoy hay 40% más deuda en todo el sistema que en 2008. Y no sé cuánto más dure este ciclo económico. Pero la voluntad política de ‘salvar bancos’ ya no estará ahí así que aguas con la próxima recesión. En 2014 en la Junta del G-20 de Brisbane se decidió que los depósitos bancarios son parte de la estructura de capital de los bancos (o sea sujetos a minusvalías, lo que implica que no habrá bail outs sino bail ins). A cuidar tu patrimonio y recuerda que no basta con pronosticar lluvia: lo que cuenta es si ya construiste el arca”.

Bail-ins vs. bail-outs

Ambos mecanismos son esencialmente la misma gata: consisten en rescatar a los banqueros de sus propias tarugadas para que puedan seguir haciéndolas sin apremios y con retiharto dinero ajeno. En el caso de los bail-outs ese dinero (ajeno) sale del erario, o sea: de los contribuyentes, que le cuelgan así otra ancla de deuda nacional a sus hijos y nietos, a fin de que los banqueros pueden seguir autootorgándose gordos bonos como premio a su excelente desempeño.

Para que los dizque vigilantes de “nuestros” dineros colectivos (diputados, funcionarios de Hacienda) suelten la marmaja los “presstitutos” dizque “especializados” amenazan al público con los terribles efectos de cualquier posible negativa a la petición de los (¡qué genial término!) too big to fail: o les dan ese dinero o los rayos del averno se desatarán en el mundo financiero y todos perderemos hasta la camisa. Un chantaje, pues, pero eficaz.

Los bail-ins es la misma gata (inyectarles dinero ajeno para que los bancos puedan seguir haciendo sus tarugadas), pero revolcada. Ahora el dinero (ajeno) ya no proviene de los gobiernos sino que los bancos tienen todo el sustento legal para tomarlo directamente de los depositantes que (me canso de decirlo pero creo que muchos ingenuos cuentahabientes siguen sin creerlo o siquiera entenderlo) ya no tienen “su” dinero depositado sino que ahora son meros acreedores del banco, que puede o no pagarles (ya no “devolverles su dinero”).