OJO POR OJO

Canadá como la Unión Europea han estado trabajando para impulsar una reforma de la OMC

Lucy Bravo
Columnas
Cuartoscuro
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No es ningún secreto que el comercio internacional está atravesando su mayor transformación desde la Segunda Guerra Mundial. El detonante: la intempestiva llegada del proteccionismo de Donald Trump a la Casa Blanca. Aunque Estados Unidos ha dejado vacante su lugar en el liderazgo global las amenazas constantes del republicano bien podrían haber desencadenado los cambios más relevantes al sistema de comercio global en décadas.

Recientemente la Comisión Europea presentó una propuesta de reforma para la Organización Mundial del Comercio (OMC) y así lograr “sacarla de la marginalidad”, según las palabras de Cecilia Malmström, comisaria europea de Comercio. Las medidas que propone la Comisión se refieren a sus reglamentos más básicos, es decir, la transparencia y la resolución de conflictos, con el único objetivo de evitar que Trump se salga del organismo.

Sabemos que Trump no es ningún fanático de la OMC pero las propuestas de la Comisión Europea impulsan una reforma casi hecha a la medida de las quejas del mandatario estadunidense. Si bien es una buena oportunidad para abordar temas que han sido evidenciados por el republicano —como el poder de los jueces de la OMC, qué países deberían calificar como “economías en desarrollo” o si China comercia de manera justa— se corre el riesgo de crear un problema aún mayor.

La OMC trabaja sobre la base del consenso entre sus 164 integrantes y, con vetos para cada uno, cada nueva iniciativa corre el riesgo de convertirse en una moneda de cambio en una negociación mayor. Pocos esfuerzos de reforma han tenido éxito y muchos han estado estancados durante años, incluidas las propuestas para liberalizar el comercio de servicios o reducir los subsidios agrícolas.

Crisis

Recordemos que Washington ha bloqueado durante años los nombramientos de jueces a la Cámara de Apelaciones que resuelve las disputas comerciales de sus integrantes. Para finales de septiembre la cámara que normalmente tiene siete miembros solo contará con tres jueces, el número mínimo requerido para resolver los casos. Tanto Canadá como la Unión Europea han estado trabajando para impulsar una reforma de la OMC antes de diciembre de 2019, cuando el órgano de apelaciones ya no tendrá suficientes miembros para supervisar las disputas.

Pero negociar bajo el precepto de cambiar la visión de Trump sobre el comercio ha sido una tarea casi imposible, como hemos visto una y otra vez en las negociaciones de tratados del calado del Acuerdo de París, el Acuerdo Nuclear con Irán, el Acuerdo Transpacífico y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

El sistema de la OMC está en la víspera de su crisis más profunda. Pero los enormes retos del organismo en la resolución de controversias no se comparan con el tipo de mecanismos de reciprocidad que Trump busca implantar en el seno de la Organización Mundial del Comercio. Las restricciones al músculo económico de un país como Estados Unidos no son fallas del sistema sino el principio básico que ha evitado una guerra comercial mundial del tipo “ojo por ojo” desde 1947.