RESULTADOS EN PUEBLA

La utilidad de Barbosa se desvanece si no ha podido ganar la elección de Puebla.

Sergio Sarmiento
Columnas
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El candidato perdedor cuestionó los resultados, lo cual es bastante común en nuestro país. Lo curioso es que solo objetó la elección de gobernador, a pesar de que ese mismo día, en las mismas casillas, bajo las mismas reglas y con los mismos ciudadanos se llevaron a cabo otros cinco comicios.

Los triunfos de Morena en las elecciones que se llevaron a cabo en Puebla el 1 de julio para legisladores federales y el de Andrés Manuel López Obrador para presidente fueron limpios y justos, según el candidato estatal de Morena, Miguel Barbosa. Su propia derrota en la elección para gobernador, en cambio, fue producto de un gran fraude.

Ante lo cerrado de la elección el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ordenó un inédito recuento voto por voto. Es lo que había pedido en un principio el propio Barbosa. Pero una vez que se contaron nuevamente los tres millones de sufragios el Tribunal Electoral de Puebla ratificó el triunfo de Martha Érika Alonso, la esposa del ex gobernador Rafael Moreno Valle, postulada por el PAN, el PRD y Movimiento Ciudadano.

Barbosa había pedido la anulación de mil 594 casillas y en consecuencia de toda la elección para gobernador pero los magistrados encontraron irregularidades que ameritaran anulación en solo 59. Alonso perdió nueve mil votos y Barbosa ocho mil al anularse estas 59, muy lejos de lo que se necesitaría para revertir el resultado en el estado.

El candidato no ha reconocido la derrota. Ya lo había adelantado. Se entiende incluso que haya pedido la anulación de toda la elección. Un simple recuento de votos, o anulaciones parciales, como la de las 59 casillas, no le darían el triunfo. Hasta ahora, sin embargo, los magistrados electorales no han aceptado anular toda la elección.

Efectos

Le queda a Barbosa todavía una posibilidad: la sala superior del Tribunal Electoral. El candidato de Morena afirma que ahí encontrará la justicia que no le dio el tribunal poblano, el cual considera cooptado por la mafia del poder de los Moreno Valle. Pero no hay ninguna certeza de que los magistrados federales vayan a cambiar la decisión de sus colegas poblanos.

Para Barbosa, en lo personal, el tema es fundamental. Si bien fue durante mucho tiempo uno de los críticos más severos de López Obrador, a quien acusaba de populista y autoritario, cuando el PRD se negó a hacerlo candidato al gobierno de Puebla prefirió pasarse a Morena. López Obrador lo aceptó, al parecer, porque no tenía opciones fuertes para el gobierno estatal, pero la utilidad de Barbosa se desvanece si no ha podido ganar la elección de Puebla. Hasta ahora el presidente electo no ha anunciado que quiera emplear a Barbosa en ninguna responsabilidad en el nuevo gobierno.

Para Moreno Valle, quien se hizo a un lado de la contienda presidencial para apoyar a Ricardo Anaya en el PAN, el triunfo de su esposa en Puebla es una muestra de que sigue conservando su fuerza política. Esto le permitirá tener un papel más relevante en la necesaria reconstrucción del PAN. Antes de celebrar, sin embargo, todavía hay que esperar la resolución de la sala superior del Tribunal Electoral.

Para la mayoría de los ciudadanos los comicios de Puebla ratifican que tenemos procesos electorales con muchas salvaguardas, organizados por el INE y los organismos electorales locales, pero revisados por varios tribunales. Esto, sin embargo, no ha sido suficiente para lograr que los perdedores reconozcan sus derrotas.