CONSULTA PARA UN AEROPUERTO

Habrá un costo adicional por el mensaje al mundo de que México no respeta sus compromisos firmados.

Sergio Sarmiento
Columnas
AMLO
Ilustración

Es una decisión entre un proyecto conocido y avanzado, cuya cancelación generaría pérdidas de cuando menos 100 mil millones de pesos, y un gran interrogante: un sistema de aeropuertos que hasta ahora es solo una idea sin plan de ingeniería o de aeronáutica y sin costos definidos.

Para los especialistas la decisión no ha sido difícil. Desde hace décadas MITRE, firma estadunidense que se especializa en la realización de estudios para la ubicación y construcción de aeropuertos, señala que Texcoco es el lugar ideal para el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México. La Organización de Aviación Civil Internacional, que no consideró Santa Lucía, avala también la decisión de Texcoco. Quizá por eso el próximo gobierno no ha querido dejar la decisión a los especialistas sino al pueblo sabio, pero no a todo el pueblo sabio sino solo a quienes viven en 538 de los casi dos mil 500 municipios del país. Estos municipios se concentran principalmente en el sur, donde Andrés Manuel López Obrador tuvo sus mejores resultados. Han sido seleccionados, al parecer, para favorecer el rechazo al proyecto del aeropuerto.


La decisión se ha politizado. El propio presidente electo lo ha promovido: que haya polémica, ha dicho, para que la gente se presente a votar. El PAN, el principal partido de oposición, promueve en cambio que los ciudadanos no se presenten a la “mal llamada” consulta popular, la cual no cumple con los requisitos de equidad del artículo 35 de la Constitución. Tal y como van las cosas, quienes participen serán mayoritariamente los simpatizantes de Morena que quieren desechar el aeropuerto de Texcoco.

Costos

Si bien las encuestas de opinión señalan que la mayoría está en favor de continuar la construcción del aeropuerto de Texcoco, López Obrador parece buscar la justificación para cancelarlo. Por eso organiza esta consulta que no se ajusta a las reglas constitucionales.

Después de la consulta habrá que hacer realmente el plan del nuevo aeropuerto de Santa Lucía. Hasta este momento no hay proyecto ejecutivo. No sabemos cuánto costará. El gobierno electo dice que 70 mil millones de pesos pero el Colegio de Ingeniero Civiles señala que, simplemente si se consideran los metros cuadrados de construcción, el precio más bajo sería de 217 mil millones de pesos. Solo cuando tengamos un proyecto ejecutivo, que podrá tardar un par de años, sabremos cuánto costará el aeropuerto de Santa Lucía. Habrá que considerar también, sin embargo, el costo de construcción de un nuevo aeropuerto militar.

La decisión sobre el nuevo aeropuerto tendrá consecuencias importantes para nuestro país. No es solo la pérdida de dinero ya invertido, que el propio Javier Jiménez Espriú, próximo secretario de Comunicaciones y Transportes, calcula en 100 mil millones de pesos, y las indemnizaciones multimillonarias a las empresas que demanden al gobierno por la cancelación de sus contratos. Habrá un costo adicional por el mensaje al mundo de que México no respeta sus compromisos firmados.

Pero el mayor costo solo se percibirá en el largo plazo. Nuestro país perderá la oportunidad de tener un centro de conexiones aéreas internacionales, un hub, que representaría una plataforma para el crecimiento de la industria turística nacional. Nada importará, sin embargo, si el pueblo sabio en una mal llamada consulta popular decide rechazar el aeropuerto.