En la historia reciente del planeta los sistemas monetarios (keynesianos todos desde que la economía la rigen los parásitos-políticos-burócratas y no los empresarios-innovadores-productores) se agotan cada cierto tiempo. Antes de 1913 regía el classical gold standard, donde cada dólar de papel estaba respaldado por un valor equivalente en oro físico y por lo tanto el alza de precios, mal llamada inflación, era muy moderada.
De 1913 a 1944 rigió un sistema monetario respaldado en parte por oro (el gold exchange system). De 1944 a 1971 rigió el sistema Bretton Woods, en el que supuestamente el dólar “era tan bueno como el oro” y por lo tanto intercambiable a razón de 35 dólares por onza de oro (hoy esa relación, sumamente reprimida, es de 35 veces más: mil 210 a uno). En ese lapso Estados Unidos tuvo que pagar las dos guerras europeas, la de Corea y la de Vietnam, más un intenso programa de obras públicas, más los programas sociales-populistas que se dispararon a partir del gastalón Lyndon Johnson.
El sistema Bretton-Woods estaba respaldado vagamente por ocho mil 133 toneladas de oro (hoy cuatro mil 582 toneladas en Fort Knox, 147.6 millones de onzas, de casi 650 millones antes de la Segunda Guerra Mundial, no auditadas desde 1953; el secretario del Tesoro de Trump, Steve Mnuchin, realizó ahí hace poco un show que no convenció a nadie de que el oro de EU estaba “seguro”).
Desde 1971 domina el patrón dólar gringo, el petrodólar impuesto por la dupla maléfica Nixon-Kissinger después de la quiebra escandalosa de EU en 1968 (que demostró la dupla claridosa De Gaulle-Giscard al exigir a EU que le pagara en oro y no en el papel de su “exorbitante privilegio” de ser la moneda de reserva mundial de que goza desde 1944 y que ahora está en entredicho).
En 1976 el gobierno de EU eliminó oficialmente toda referencia al oro de la definición del dólar en los estatutos constitucionales.
Hoy, virtual
El petrodólar es el primer sistema de la historia constituido total, completa y únicamente de moneda fíat sin respaldo alguno; o sea, de pura deuda, dígitos, bits, ceros y unos en una computadora, aire, éter, nada. Ahora agoniza el petrodólar a la vista del mundo entero y viene el nuevo sistema, todavía por definir y que es objeto de enconadas disputas geopolíticas, ya que el país que logre imponer su moneda como nueva reserva mundial será el nuevo imperio global (por eso es casi inevitable una guerra nuclear).
El FMI propone sus SDRs; China propone su petroyuan respaldado por oro que lleva 30 años comprando obsesivamente (lo mismo que Rusia e India). Ese tremendo cambio será para bien, muchos dicen, pero el tránsito (como toda otra muerte) será muuuy incómodo para todas y cada una de las siete mil 664 millones de personas sobre la tierra. Ese tránsito se avizora como una megacrisis económica global (el famoso reset), la mayor y más dolorosa que la humanidad ha conocido y que fervientemente deseo se posponga lo más posible.