Experiencia de vida de Eufrosina Cruz en Feria deI Libro

“No estamos destinados a ser invisibles”.

Redacción
Todo menos politica
Biografía Eufrosina
Foto: NTX

Guadalajara, 30 Noviembre.- Originaria de Santa María Quiegolani, el último pueblo zapoteco de la Sierra del Sur de Oaxaca, Eufrosina Cruz Mendoza (1979), la primera mujer indígena presidenta del Congreso de Oaxaca, demanda que a los grupos originarios se les den las mismas oportunidades que a todos, “porque a nosotros también nos rueda la cabeza”.

“No estamos destinados a ser invisibles, sino a ser capaces de razonar, de opinar, pero tenemos que hacerlo nosotros. Cuando descubro los primeros sonidos, porque no hablaba el español, lo tuve que aprender de grande, por eso de pronto siempre hablo al chingada... porque así aprendí y de esa forma tuve que arrebatarle a la vida cosas”, dijo en la actividad “Mil jóvenes con Eufrosina Cruz”.

En la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, la mujer que a los 12 años dejó su pueblo en Oaxaca, estudió y logró un cambio en la Constitución de México que garantiza que las mujeres puedan ser elegidas para cualquier cargo, acusó que a los indígenas no se les han brindado las mismas oportunidades.

Cruz Mendoza, quien ha destacado por su activismo por la igualdad de género y los derechos de las mujeres indígenas y de las comunidades, habló en la FIL sobre cómo es que se abrió paso en la vida, cómo dejó atrás esa vieja costumbre indígena de que las mujeres sólo sirven para hacer tortillas y tener hijos, y cómo fue que rompió barreras para convertirse en un ejemplo de vida para muchas mujeres en su situación, a pesar de la discriminación que padeció.

Subrayó orgullosa que el ser indígena no significa ser menos o ser más, sino que representa una identidad cultural que tiene México.

“Cuando la vida no te da oportunidades, tú debes de arrebatarle a la vida esa oportunidad, nadie va a cambiar tu historia si no rompes tus propios miedos; hablo de la pobreza, no de aquella donde sólo tienes frijoles y tortillas, sino de mente, de cuando una mente no se educa tiene un chin... de miedo, miedo a cuestionar, a rebelarse a exigir, pero sobre todo, a decir que merecemos nosotros.

“Cuando vives en esa circunstancia, no responsabilizo a la vida; nunca me he sentido víctima, porque fueron las circunstancias de la vida, pero entendí que yo debía cambiar esa circunstancia”, señaló.

La “rebelde del pueblo”, que alguna vez empezó a soñar con un mundo diferente al que conocía y más parecido al que le contaban las historias de sus ancestros, en donde hombres y mujeres era iguales, insistió en que “el problema es que no nos han generado las mismas oportunidades”.

“No queremos que se nos regale, no comparto el tema de los subsidios, quiero que me den las oportunidades para aportar lo que yo pienso y creo, y eso lo descubrí a través de la educación, y tuve que aplicarlo a la vida, esa circunstancia en la que decían que estaba destinada a ser jodida y que otros decidieran por mí”, subrayó.

Ante un Auditorio “Juan Rulfo” a su máxima capacidad, la ponente atrajo la atención de decenas de jóvenes lectores, quienes por espacio de poco más de hora y media fueron atrapados por las vivencias, anécdotas y trabas que Eufrosina pasó, y entender que “la violencia, la pobreza y la invisibilidad no pueden ser una costumbre”.

Gracias a su perseverancia y rebeldía, las mujeres de su pueblo ya pueden votar, y no sólo eso, también hoy dirigen el rumbo de sus comunidades, siendo presidentas municipales.

Ahora, esta mujer de 39 años y madre de un pequeño de cinco años, afirmó que desea continuar ayudando a su entidad, y para ello dijo que su próximo sueño es ser gobernadora de Oaxaca.